NOVO / VdG, 18 enero 2016
«No se queje de la vida, sea creativo», escribía el 26 de diciembre Ary Spínola Dos Reis en su perfil de Facebook. Bajo el sabio consejo, un vídeo mostraba a un grupo de niños de Cabo Verde jugando a un rústico futbolín. La publicación supera los 11 millones de visionados. Fíjense. ¿Qué tiene de especial? ¿Con qué juegan en realidad los chavales? Una caja de fruta, el palo de una escoba, ocho clavos y una bola de desodorante. Ellos ven un campo de fútbol. Nosotros también.
El artesanal mecanismo es ya el futbolín más popular de Internet o, al menos, el de todo Facebool. Ha sido compartido por más de 300.000 usuarios. La admiración al ingenio y la nostalgia han vuelto a ganar. ¿Quién no ha fabricado nunca una veloz pelota con papeles de periódico, un pinball de pinzas y gomas sin pilas, un escondite a base de cajaas de cartón? Cuando lo importante no eran los juguetes, sino divertirse.
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