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jueves, 7 de enero de 2016

La peculiar campaña publicitaria de Kimura

Un atún rojo fue vendido el martes por 14 millones de yenes (108.376 euros) en la tradicional primera subasta del año en la lonja de pescados de Tsukiji, en Tokio
EFE, 07 de enero de 2016.
KAZUHIRO NOGI | AFP
Un atún rojo fue vendido el martes por 14 millones de yenes (108.376 euros) en la tradicional primera subasta del año en la lonja de pescados de Tsukiji, en Tokio. Como viene siendo habitual en los últimos años, el ejemplar, de 200 kilos y procedente de la provincia norteña de Aomori, lo adquirió a 70.000 yenes el kilo (542 euros) Kiyoshi Kimura, dueño de una conocida cadena de restaurantes de sushi (pescado crudo).
El precio triplica los 4,51 millones de yenes (34.919 euros) que el propio Kimura pagó el año pasado por la pieza más codiciada del primer lote del año en la lonja y casi el doble de los 7,36 millones de yenes (56.998 euros) que el empresario abonó en el 2014.
Sin embargo, la puja no ha alcanzado la cifra récord de 155,4 millones de yenes (1,07 millones de euros) que el japonés abonó en el 2013, hasta la fecha la factura más desmesurada de su historia. La primera subasta anual de atún en Tsukiji, la mayor lonja de pescado del mundo que abrió en 1935 en el céntrico barrio de Chuo, a orillas del río Sumida, se ha convertido en los últimos años en un espectáculo mediático gracias a la presencia de Kimura, pues los minoristas rara vez pagan por el kilo de atún rojo más de 70 euros.
Los expertos dicen que el empresario, de 63 años, busca con estas sonadas compras copar portadas para atraer al público a sus restaurantes, ya que la publicidad que logra con sus llamativas pujas sale mucho más económica que contratar una gran campaña publicitaria.
Este año la subasta cobró un significado especial para los japoneses, dado que ha sido la última primera puja del año celebrada en su emplazamiento actual pues está previsto ser traslada a Toyosu, una cercana isla artificial en la bahía de la capital en noviembre. El propio Kimura dijo estar «lleno de emoción» en esta última subasta, según recogió la agencia Kyodo.

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