R. R. García / la voz, 19 de enero de 2016.
J. M. CASAL |
No queda ninguna otra alternativa. La única opción posible para mantener la temperatura del planeta «bastante por debajo de los dos grados» de aquí a fin de siglo con respecto a la etapa preindustrial, tal y como se aprobó en la pasada Cumbre del Clima de París, pasa por acelerar el despegue de las energías renovables, que en los últimos años ya han experimentado un crecimiento anual del 4 % en el planeta. Parece una conclusión obvia a partir del acuerdo logrado en diciembre en la capital francesa, pero que ayer se encargaron de recordarla los artífices del pacto en la Cumbre Mundial de Energía del Futuro que se celebra en Abu Dabi.
El actual escenario es favorable para iniciar la transición hacia la «descarbonización» del planeta, aunque esta palabra no se incluyese en el texto final de París por la presión de los países productores de petróleo: la tecnología renovable es cada vez más madura, sus costes cada vez más reducidos, su capacidad de generación de empleo es mayor que la de los combustibles fósiles y existe la voluntad política para favorecer su expansión.
Los datos que así lo prueban los aportó el director general de laAgencia Internacional de las Energías Renovables (Irena), Adnan Amin. A día de hoy, el coste de la energía solar ha caído un 80 % y el de la eólica un 33 % desde el año 2000. Además, la solar genera dos veces más empleo por unidad de generación eléctrica que el gas y el carbón juntos. «El sol ya es más barato que el carbón», resaltó Amin en declaraciones recogidas por Efe.
«La expansión y el abaratamiento de las energías renovables en los próximos quince años es la clave para cumplir los objetivos de París e incluso excederlos», refrendó Laurent Fabius, que fue presidente de la COP 21.
Solo en el 2010 las energías renovables acapararon una inversión global de 300.000 millones de euros, con China, con una inversión de 91.000 millones de euros, y Estados Unidos, con 46.000 millones, como principales impulsores. En este favorable contexto global, España, que hace años fue líder mundial en energías renovables y que agrupa a importantes empresas exportadoras de este tipo de tecnología, es una de las contadas excepciones. Así lo vienen denunciando reiteradamente las empresas del sector, al igual que recientemente lo hizo la directora de la Agencia Internacional de Energía, Maria van der Hoeven, que criticó la reforma energética del Gobierno, que modificó la retribución de las renovables, lo que ha frenado la inversión en el área.
Pese a ello, las renovables, fundamentalmente la eólica y la hidráulica, aportan de media más del 40 % de la generación eléctrica que se produce en España -cada año varía en función de las condiciones climáticas-, mientras que su peso en la energía final fue en el 2014 -el último dato conocido- del 17 %, aún lejos del 20 % que se espera conseguir para el 2020. Pero España aún está a tiempo de recuperar su protagonismo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo ayer un llamamiento a los líderes políticos de todos los países para que acudan el próximo 22 de abril a la ceremonia de firma del acuerdo de París para frenar el cambio climático y así festejar en Nueva York este «triunfo» de la diplomacia internacional. Ban lanzó esta convocatoria, destinada a los jefes de Estado y de Gobierno de los 195 países que suscribieron el pacto, en la inauguración de la Cumbre Mundial Energía del Futuro. «Mucha gente dudaba que pudiéramos alcanzar un acuerdo así, porque llevábamos veinte años intentándolo, pero lo logramos y es un triunfo para la gente y para el planeta», dijo.
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