R. Romar / la voz, 15 de enero de 2016.
OSCAR VAZQUEZ |
Ballenas, delfines, orcas, marsopas... Todos son cetáceos y todos están contaminados, en mayor o menor medida, por bifenilos policlorados (PCB), un compuesto químico sintetizado en laboratorio a partir de cloro, carbón e hidrógeno que fue prohibido en 1977 por suelevada toxicidad. Casi 40 años después su presencia se encuentra todavía en elevadas concentraciones en especies de orcas y delfines que viven en aguas europeas, lo que compromete su viabilidad, según un estudio coordinado por la Sociedad Zoológica de Londres publicado en la revista científica Scientific Reports y en el que han participado una veintena de centros de investigación europeos. Entre ellos la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), que aportó once muestras de tejidos de arroaces varados en la costa gallega.
Los científicos analizaron la acumulación de PCB en la grasa de un total de 1.081 muestras de cetáceos, lo que ha permitido confirmar que las orcas, delfines mulares y delfines listados son los más afectados. Pero el grado de concentración de bifenilos policlorados depende también de las zonas donde se localizan este tipo de mamíferos. Los puntos críticos se sitúan en las áreas centrales y del oeste del Mediterráneo y en el suroeste de la península ibérica, entre el golfo de Cádiz y el estrecho de Gibraltar, ya que en los cetáceos de estas áreas se detectaron concentraciones por encima de los 40 miligramos por kilo.
Lo más sorprendente, sin embargo, es que la afección de los animales marinos siga siendo muy alta casi cuatro décadas después de la prohibición de los PCB. Alfredo López, coordinador de la Cemma, explica la razón: «Son contaminantes orgánicos persistentes, polo que non se degradan facilmente no medio ambiente. Tardan moito tempo en descompoñerse, e os cetáceos son bioacumuladores de estas sustancias». Ángela Llavona fue la representante de la Cemma en el trabajo europeo.
En esta línea abunda Assumpció Borrel, del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona, institución que ha participado en el estudio. «Aunque las concentraciones de PCB son ahora menores que las de los años 1980 y 1990 -dice-, aún se encuentran por encima del umbral que se considera peligroso para los depredadores marinos, principalmente los delfines y las orcas».
Amenaza de extinción
Paul Jepson, el autor principal del estudio, advierte que el nivel de concentración de esta sustancia química en aguas europeas es, probablemente, el más alto que se registra en los océanos del mundo. «La contaminación es tan alta que algunas poblaciones de orcas se enfrentan a la extinción, dijo.
En concentraciones elevadas, los bifenilos policlorados son potentes inmunodepresores, interfieren en la reproducción y el crecimiento de los animales y provocan problemas hepáticos y hormonales. En el Mar Mediterráneo, de hecho, la alta acumulación de este agente tóxico estuvo detrás de la mortandad de delfines listados que tuvo lugar en los años 1990 y 1991, en los que perecieron miles de ejemplares.
Pero, ¿por qué este problema afecta a los grandes animales marinos? Primero porque son bioacumuladores y, segundo, porque es al mar donde fueron a parar los restos de PCB, después de haber sido arrastrados de la tierra por la lluvia y los ríos a los océanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario