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lunes, 19 de diciembre de 2022

Los interrogantes del nuevo contenedor marrón que llegará en el 2023


Europa obliga a separar los residuos orgánicos antes de que acabe el próximo año, pero el modelo que se empleará aún se desconoce en la mayoría de los concellos
MÓNICA P. VILAR / La Voz, 19 dic 2022
El programa Composta incorporó a la recogida de Pontevedra un nuevo contenedor de color marrón ADRIÁN BAÚLDE
El año que estamos a punto de estrenar debería ser el de la implantación generalizada del conocido como contenedor marrón. Una directiva europea establece que antes de que termine el 2023, todas las localidades deberán contar con una manera de recoger por separado los residuos orgánicos (o bien de reciclarlos en origen, mediante el compostaje casero, por ejemplo).
Como toda novedad, llega envuelta en algunas dudas. La que resulta más importante aclarar de cara al buen funcionamiento de este nuevo recurso es qué se deposita en ese colector. Para empezar, hay que saber que su objetivo es dar una nueva vida a los biorresiduos, es decir, los relacionados con la comida o las plantas. Convertirlos en compost de calidad (un tipo de fertilizante natural) es la mejor manera de valorizarlos. Para eso es muy importante separar bien los residuos orgánicos y no contaminarlos con otros que puedan impedir o degradar esa materia fertilizante.
¿Qué meter entonces en el cubo de la basura orgánica? Todo tipo de restos de alimentos (pieles de frutas y verduras, huesos, espinas de pescado y conchas de marisco, cáscaras de huevo, pan reseso, cortezas de queso...) y las sobras de las comidas ya cocinadas, pero también los posos del café o las bolsitas de infusiones, las servilletas y el papel de cocina usados (pero sin manchar de aceite), o los tapones de corcho natural de las botellas. Pero también podemos tirar aquí los ramos de flores y pequeños restos plantas y césped (eso sí, en los que no se hayan usado pesticidas o insecticidas, y siempre que no sean ramas de buen tamaño procedentes de podas)
Hay otras cosas que pueden generar dudas, pero que nunca deben ir al contenedor marrón. El aceite, aunque se haya utilizado en la cocina, no puede tirarse en él. Tampoco los pañales ni las compresas o los tampones. Chicles, toallitas húmedas, colillas o arena para gatos también quedan excluidos. Y sobre el cubo de la materia orgánica tampoco debe hacerse ese gesto tan común de vaciar el depósito de la aspiradora o el recogedor después de barrer.

miércoles, 14 de diciembre de 2022

El hito de la fusión nuclear, 192 rayos láser contra una bola del tamaño de una palomita de ma

EE.UU. presentó su logro de conseguir más energía de la usada en el proceso, un primer paso tras 60 años de investigación
F. L.LA VOZ, 14 dic 2022
LLNL | EUROPA PRESS
El pasado 5 de diciembre, a eso de la una de la mañana, científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California hicieron que 192 rayos láser apuntaran a una pequeña cápsula cilíndrica con una bola deuterio y tritio, las formas más pesadas del hidrógeno. Una maraña de tuberías encauzaba el ataque para replicar a pequeña escala lo que sucede en el interior de una estrella, donde átomos de hidrógeno se fusionan y se convierten en helio. El objetivo, la fusión nuclear, pero buscando producir más energía de la que se necesita para provocar esa reacción. Los investigadores emplearon 2,05 megajulios. Y obtuvieron 3 de ese grano de combustible del tamaño de una palomita de maíz que alcanzó en un instante millones de grado. Presión, temperatura, precisión... Y por primera vez salieron las cuentas. Ganancia neta. Más energía de la empleada. Nunca se había conseguido antes. Un paso histórico para el futuro desarrollo de una fuente de energía inagotable que no produce residuos.
«Es un día importante para la ciencia. Es un logro que viene tras sesenta años de investigación global de desarrollo, ingeniería y experimentación en la que han participado miles de personas», señaló la subsecretaria de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) Jill Hruby en la comparecencia ante los medios en la que el Gobierno de Estados Unidos presentaba su avance al mundo.
Los científicos y las autoridades del Ejecutivo estadounidense están exultantes por su conquista, que los lleva a liderar la carrera mundial de la fusión nuclear, pero reconocen que queda mucho camino para que este logro llegue a la vida diaria. La directora del laboratorio de California, Kim Budil, apuntó que habrá que superar «obstáculos significativos no solo científicos, sino tecnológicos». «Esto ha sido solo una cápsula que ha ardido una vez y para tener energía de fusión comercial se necesitan muchas cápsulas para lograr producir varios eventos de ignición de fusión por minuto», explicó. Según sus cálculos, tardarán «décadas» en poder construir un reactor con fines comerciales, en disponer de una planta eléctrica que funcione con fusión nuclear. Es necesario multiplicar las igniciones como la conseguida en el Lawrence Livermore para lograr centenares por minuto y también deben abaratar se los costes del mecanismo por el que se llega a la fusión. Para ello, los científicos asumen que tendrán que recurrir a la colaboración con la industria privada.