Elena Pérez / El Español, 17 abril, 2024
Hay españoles que presumen diciendo que como en tierra patria no se vive en ningún sitio. Quizá sea por la comida, quizá sea por la cultura, o quizá sea por su luz especial: nuestro país es uno de los más soleados de Europa, con alrededor de 2.500 horas de luz anuales. Eso no tiene precio, podríamos decir… aunque en realidad sí tiene una dueña. Su nombre es Ángeles Durán y su procedencia un pueblo de Vigo. Esta es la rocambolesca historia de la mujer que un día se autoproclamó dueña legítima del Sol.
Un día de 2010, esta gallega fue a la notaría de un pueblo vecino de Salvaterra de Miño y logró una hazaña —casi— sin precedentes en la historia de la humanidad. "Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros", aseguró al funcionario allí presente. Este, en un principio, trató como pudo de contener la risa, pero después lo consultó con su colegio profesional… y acabó levantando acta.
De este modo, en cuestión de una mañana, Durán se convirtió en dueña y señora del eje del sistema solar. Los medios locales se hicieron eco rápidamente de la noticia. ¿Cómo había logrado tal hazaña? La viguesa se amparaba en un vacío legal. Según sus palabras, recogidas ya en 2010 por La Voz de Galicia, "existe un convenio internacional por el cual ningún país puede hacerse dueño de los planetas", pero este no incluía a las personas.
La nueva 'terrateniente' se aprovechó de la usucapión, también conocida como prescripción adquisitiva. Esta figura jurídica, de origen romano, posibilita que alguien se convierta en propietario de una cosa por la posesión —o el disfrute— continuada de la misma durante un período de tiempo establecido legalmente. Esta le permitía reclamar el derecho real del Sol por la sencilla razón de que Durán llevaba desde que nació beneficiándose a diario de los rayos del Sol, exactamente igual que el resto de humanos.