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sábado, 11 de octubre de 2008

La panadera antiatracos coruñesa

La mujer sufrió tres robos como dependienta y siempre recuperó el botín que le habían sustraído, e incluso liberó a una rehén retenida por un ladrón

Emiliano Mouzo VdG 11/10/2008
Los ladrones no saben con quién se la juegan hasta que cometen el error de visitarla. Su nombre es Beatriz, y despacha pan en A Coruña. Con el atraco de esta semana, ya ha frustrado tres robos en su negocio.
El pasado miércoles una joven entró en la panadería Barcia, en la ronda de Outeiro, en la que trabaja Beatriz. La mujer aparentemente no levantaba sospechas, pero la intuición de Beatriz le decía que algo malo iba a pasar. Se fijó en que no miraba al mostrador de la panadería, sino que «fijó su mirada hacia el pequeño almacén del local».
Beatriz se puso en alerta y no la perdió de vista. Le preguntó qué era lo que quería, y le «dijo que le cortase jamón york». La joven tenía previsto el plan, ya que la cortadora de fiambre se encuentra en una esquina de la tienda y a unos metros de la caja registradora.
Pero Beatriz le seguía los movimientos con el rabillo del ojo. «La veía que se acercaba al mostrador y que ponía la mano cerca de la caja». Pero el cajón no hizo el típico ruido al abrirlo. Aun así, la panadera sabía que algo no iba bien, y dejó la máquina de cortar. «Me subí encima del mostrador a pesar de mi gordura», relata, y le sacó de la mano el dinero sustraído. La chica salió huyendo. Beatriz la persiguió a pesar de que ya había frustrado el robo: «La estaba alcanzando, pero bajaba la Policía Local y ya la detuvieron».
Pero el caso más grave que le ocurrió, en el mismo establecimiento, sucedió el pasado mes de diciembre. «Entró un joven, sacó un cuchillo y se lo puso en la garganta a una clienta». Beatriz se levantó sobre el mostrador y le apartó el cuchillo, liberando de esta forma a la señora: «Sufrí cortes en ambos brazos, pero no sentí el dolor». Lo persiguió casi hasta el poblado chabolista y centro de venta de drogas en A Coruña. Su insistencia hizo que el ladrón tirase la cartera que le había robado a la clienta, en la cual guardaba más de doscientos euros.
La panadera recuerda otro caso ocurrido ya hace algunos años. Tres jóvenes entraron a robar en la tienda en la que trabajaba. Dos de ellos hacían de gancho «y un tercero se hizo con 90.000 pesetas de las de antes». Pero Beatriz volvió a recuperar el botín.
Sus clientes le dicen que es una valiente, «pero se equivocan», corrige. Cree que lo mejor es dejar que cojan lo que sea y no intervenir, «pero cuando ocurre me transformo y reacciono de esta forma».
Que la fichen para un banco. No tiene cláusula de rescisión.

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