Hasta 1980 fue la única vía practicable en invierno entre Francia e Italia
Fernando Puchol / EFE 14 de agosto de 2012
Mítico y trágico casi a partes iguales, el túnel del Mont Blanc que une Francia e Italia bajo el mayor pico de Europa (4.810 metros), cumple 50 años, medio siglo que ha cambiado el transporte y las comunicaciones a través de los Alpes.
El 14 de agosto de 1962, operarios franceses e italianos se daban la mano al calar el túnel, es decir, al terminarlo y encontrarse los dos equipos, un momento histórico que hizo realidad un proyecto que se discutía desde mediados del siglo XIX.
Los trabajos comenzaron en enero de 1959 y se prolongaron hasta 1965, cuando la vía se abrió al transporte de vehículos privados, lo que supuso una revolución económica a ambos lados de la frontera. Los obreros italianos se encontraron con la parte más complicada, sufriendo numerosos desprendimientos y filtraciones de agua.
Tras su apertura, se convirtió en la única vía practicable durante los meses de invierno entre Francia e Italia, situación que se mantuvo hasta 1980, con la puesta en marcha del túnel de Fréjus (Saboya). Además, sus 11.611 metros, que se pueden recorrer a una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora con un único carril por sentido, fueron récord mundial hasta 1978, año de apertura del túnel de Arlberg (Austria), con una longitud de 13.972 metros.
Pero el túnel del Mont Blanc tiene una fecha negra. El 24 de marzo de 1999, un total de 39 personas murieron a causa del incendio de un camión de gran tonelaje que transportaba harina y margarina. Esto provocó el cierre del túnel durante tres años y una reforma que afectó a su seguridad. Actualmente, las únicas preocupaciones son la estructura del túnel y las altas tarifas de peaje para cruzarlo.
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