F. Fernández / la voz, 16 de diciembre de 2015.
La morriña no perdona, pero se soporta con resignación. La coruñesaYaiza Canosa tiene 22 años y el afán de aventura la llevó a hacer la maleta para conocer mundo. Con 18 se fue a Barcelona a trabajar para una productora y ahora vive en Madrid. Echa de menos tantas cosas... Pero una de forma especial: los huevos caseros. «Soy de buen comer y me pesaba no poder comerlos nunca», confiesa divertida. En un ataque de locura podría haber contratado un servicio de transporte urgente, pero ¿cómo llegarían esos huevos? Seguramente rotos.
Pues así empezó todo. Yaiza es la creadora de la plataforma Goi, una iniciativa de economía colaborativa. Sirve para poner en contacto a particulares que tengan que hacer un viaje y que dispongan de sitio libre, bien en el coche bien en la maleta, para transportar objetos para otra persona. Es algo parecido a BlaBlaCar, pero centrado en distribuir desde huevos de casa, hasta bicicletas o cunas. «Está pensado para llevar cosas delicadas y pesadas», aquellas que o son más vulnerables a un viaje en una furgoneta de paquetería tradicional o que por su tamaño encarecerían bastante el transporte.
«Queremos que todo el mundo en algún momento se convierta en transportista», resume la empresaria coruñesa. O sea, Goi hace el trabajo que efectúan las compañías de mensajería, pero, como mínimo, un 50 % más barato, explica Yaiza.
La plataforma, de momento, no cobra nada por hacer de enlace entre transportistas -pueden ser particulares o profesionales de la carretera- y las personas que necesitan realizar un envío. La empresaria coruñesa explica que, por ahora, su principal objetivo es lanzar la plataforma para hacer la competencia a las grandes compañías y captar cuantos más adeptos mejor. Ya tienen 20.000 usuarios -la mayoría de Madrid y de A Coruña- en la web letsgoi.com. Las tarifas también las determinan los propios usuarios, aunque «nosotros hacemos recomendaciones» en función de las características del transporte.
Todos los usuarios identificados
La empresa, en cambio, sí impone una serie de medidas de seguridad para evitar sorpresas desagradables en las entregas. Así, cada usuario que figura en la plataforma está identificado.
Yaiza asegura que esta iniciativa es totalmente legal, porque se trata de un modelo para compartir gastos, y no de una actividad económica. Sin embargo, ya cuenta con que las empresas de paquetería se pongan nerviosas y traten de frenar la plataforma (como ha ocurrido con Uber y BlaBlaCar).
El objetivo de la empresa es expandir el modelo a Europa y Latinoamérica.
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