R. R. García / La Voz, 15 de diciembre de 2015.
Es una simple anécdota astronómica, pero cargada de simbolismo. No ocurría desde 1977 y no volverá a producirse algo semejante hasta el 2034, pero este año, coincidiendo justo con el día de Navidad, la luna llena resplandecerá en el cielo. El fenómeno en sí no tiene nada de particular, más allá de la mera coincidencia del suceso celeste con una fecha simbólica. «Es una mera casualidad. La luna llena coincide siempre con un día concreto de cada mes y va variando, y este año le ha tocado al día de Navidad», explica el astrónomo Borja Tosar. El año que viene, por ejemplo, saldrá el 14 de diciembre.
El satélite se elevará a las 19.09 horas del día de Nochebuena y se prolongará hasta las 05.44 horas de la madrugada de Navidad. En ese momento estará a una distancia de 375.072 kilómetros de la Tierra, pero cualquiera que se asome al cielo después de la cena con la familia podrá disfrutarla en toda su inmensidad. Algo aconsejable, ya que esta coincidencia no se producía desde hace 38 años y no volverá a ocurrir hasta dentro de otros 19. Llegará a su máximo esplendor en Galicia a la una de la madrugada. «Se vera muy espectacular, ya que estará muy alta», advierte Tosar.
En España ya se ha perdido la tradición de ponerle un nombre a la luna llena de cada mes, pero no así en Estados Unidos, donde a la de diciembre la denominan como Fría luna llena o Luna llena de las largas noches en honor a las gélidas noches de este mes, aunque este año están resultando mucho más benévolas de lo habitual en cuanto a las temperaturas. Después le tocará el turno a la Luna del lobo, que se corresponde con la de enero; luego llegará la de la nieve y, más tarde, las del gusano, la rosa, las flores... Y así cada mes tiene un nombre.
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