Pablo González / La Voz, 15 de diciembre de 2015.
Fomento está a punto de cerrar la cosecha de propuestas de la consulta preliminar de mercado para encontrar una solución a la espesa niebla de la A-8 en el alto de O Fiouco, en el entorno de Mondoñedo. Ya cuenta con 20 propuestas, 16 procedentes de empresas y cuatro de particulares. Las soluciones más recurridas, con distintas variantes, buscan mejorar la seguridad vial mediante señales luminosas para evitar los choques por alcance o construir un falso túnel para intentar disipar la niebla. En esta última categoría destaca una de las últimas ideas presentadas por un particular que responde a las iniciales M. F. A. y que ya ha sido aceptada por Fomento. Consiste en habilitar desde los laterales de la autovía una estructura modular de hierro galvanizado, resistente al viento, que sería recubierto con tela atrapanieblas, similar a la que se utiliza para captar agua en zonas donde no hay precipitaciones, pero sí niebla procedente del mar, como es el caso de este tramo de la autovía del Cantábrico.
Esta técnica se empezó a utilizar en el desierto de Atacama (Chile) en los años sesenta, y pronto se extendió a otras latitudes, especialmente Israel y las islas Canarias. Se basa en la utilización de una malla plástica que facilita la condensación de la neblina. En la parte inferior de la malla hay una canaleta y una tubería colectora. En Canarias, el ingeniero agrícola Theo Hernando Olmo, patentó unos captadores de nieblas en forma de prisma fabricados con fibra de vidrio. El agua que se consigue es de gran pureza y de mineralización muy débil que se comercializa embotellada como «agua de niebla».
Este es el contexto técnico del que surge la propuesta, que prevé utilizar una tela de color verde para evitar el impacto visual. Esta tela, de un material que no se define en el anteproyecto, «condensaría la niebla en su superficie y la evacuaría a los laterales de la vía en forma de agua».
Las otras siete propuestas que se presentaron en los últimos días incluyen un techo de metacrilato, un sistema de disipación de la niebla mediante productos químicos y otro de aviso por señales acústicas. También se plantea un sistema de barreras para desviar el flujo de niebla ascendente, de manera que esta pase a una altura que no afecte a la circulación.
Próximos objetivos: acotar la zona afectada y definir las características físicas de la niebla
El Ministerio de Fomento aún desconoce cuál es la longitud del tramo de la A-8 donde en un futuro se instalarán las medidas de seguridad vial y antiniebla que salgan del concurso público que se está llevando a cabo. En un informe remitido a las empresas que participan en la consulta de mercado, los técnicos del ministerio reconocen que en la actualidad «el tramo no se encuentra perfectamente acotado debido a que se está realizando un análisis detallado de los datos meteorológicos disponibles». No obstante, plantean como una «aproximación» que los estudios previos se centren en un recorrido de cuatro kilómetros con centro en el alto de O Fiouco.
También se está analizando la posibilidad de realizar más estudios para mejorar la caracterización de la niebla por magnitudes físicas, como la concentración de gotas por centímetro cúbico, un dato que demandaban las empresas participantes.
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