Jorge Lamas / VdG,18 de diciembre de 2015.
Su propuesta está más cercana al Cirque du Soleil que a la tradición, aunque los orígenes también están presentes. Sin ir más lejos, en los personajes amimatrópicos con los que pretenden conservar lo que antaño era el mayor espectáculo del mundo.
El próximo 22 de diciembre se cumplirán veinte años de la creación en Argentina de la compañía de circo La Fiesta Escénica. Abel Martín, director artístico de esta troupe, propone desde hoy un espectáculo que recupera lo mejor de la trayectoria de la compañía bajo el título Circo de Nadal. «Hemos logrado reconstruir algunas coreografías que han sido significativas para nosotros y, con ellas, hemos generado un nuevo espectáculo», señala el director artístico, que desde hace catorce años reside en el entorno de Vigo.
Una carpa climatizada instalada en el barrio de Coia acogerá hasta el domingo 10 de enero treinta y cinco funciones de un tipo de circo que camina en consonancia con los tiempos actuales. «El circo está evolucionando a pasos agigantados gracias a gente que está haciendo cosas nuevas; sin embargo, no hay que olvidar que lo que llamamos circo tradicional en realidad es un circo de los años setenta y ochenta, por lo tanto tampoco es la tradición, que como tal sería un espectáculo ecuestre. Todo lo demás fue apareciendo en el transcurso de la evolución», puntualiza Abel Martín.
La propuesta del Circo de Nadal tiene una base muy visual, con escenografía clásica y mucho colorido, que reúne una muestra de diferentes disciplinas circenses ejecutadas por artísticas franceses, italianos, mexicanos, alemanes, argentinos, chilenos y gallegos que se formaron en el seno de la propia compañía. «Hay artistas que son técnicamente muy buenos y por eso los traemos de fuera pero, con el tiempo, nos gustaría contar con un proyecto en el que se incluya una escuela que nos permita sacar aquí a artistas para todo el mundo. Sé que será caro pero realmente tengo mucha ilusión y espero que no a un largo plazo podamos tener esto en marcha», señala Abel Martín.
El Circo de Nadal de La Fiesta Escénica es único en el mundo por la creación de personajes «animatrónicos», entre los que destacan sus osos polares. Son máquinas que simulan ser animales y que protagonizan números propios. Esta experiencia innovadora y de gran realismo recibió en el año 2011 el premio del prestigioso circo alemán Roncalli tras estrenarse en aquel país con el acompañamiento musical de la Orquesta Filarmónica de Berlín. «Yo no empleó animales reales, hago una cosa distinta. Por eso fabrico los animales para tener una visión distinta y conservar lo que era antaño el circo», apunta el director de La Fiesta Escénica.
Si claramente esta compañía tiene una apuesta decidida por los avances tecnológicos, tampoco desmerece el trabajo humano. «Si tuviésemos mucha tecnología tampoco serviría porque pasaría a un segundo plano lo que es el circo; nosotros hacemos un circo acorde al siglo XXI, tenemos mucha imagen, un buen sonido, buena iluminación, unos aparatos muy espectaculares pero sobre todo tenemos la esencia de La Fiesta Escénica que es el colorido, el movimiento, el poder hacer vibrar a la gente a través de los sentidos», explica Abel Martín, quien explica que se instaló en el sur de Galicia por su clima, «porque llueve y hay una buena temperatura».
Desde hoy, Circo de Nadal ofrecerá a los amantes del género osos polares, mimos, acróbatas, equilibristas, trapecistas, malabaristas, contorsionistas, bailarines, actores y mucho más, tratando de revivir veinte años de una compañía nacida en Argentina, pero que hace catorce años se transformó en gallega.
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