THE INQUIRER, 18 de diciembre de 2015
El invento de Wang Wenxi, un jubilado de 66 años, fue patentado en 2010, y desde entonces ha ido perfeccionando esta cama anti-sísmica con la idea de obtener un producto viable y comercializable en un futuro, pero está claro que todavía quedan muchas cuestiones por resolver como por ejemplo el tema de la ventilación.
Si hablamos de desastres naturales, los terremotos son considerados los más destructivos de todos, ya que el 54% de las muertes producidas por un desastre natural provienen solamente de terremotos, lo que ha llevado a que las regiones ubicadas dentro de zonas sísmicas hayan desarrollado planes de contingencia, mecanismos o artículos que protejan a la población.
Y dentro de estos desarrollos, vamos hablar de uno extraño y curioso al mismo tiempo, se trata de una cama-bunker que en caso de derrumbes nos ayudaría a sobrevivir en su interior.
Su diseño posee forma de baúl con un colchón en la parte superior, y dentro de éste suministros básicos, agua, comida y medicamentos, que en caso de quedar atrapados, nos ayudarían a vivir durante un periodo de tiempo. Si la cama antisísmica detecta temblores (8 grados en la escala de Richter), el mecanismo protege a su ocupante dormido abriéndose automáticamente, en este momento, la persona junto con el colchón caerían dentro de una especie de caja colocada debajo de la cama, y después el aparato se cerraría con una capa protectora dotada de sensores que registran el movimiento de la tierra. La cama podría abrirse tanto desde dentro como desde fuera.
El invento de Wang Wenxi, un jubilado de 66 años, fue patentado en 2010, y desde entonces ha ido perfeccionando esta cama anti-sísmica con la idea de obtener un producto viable y comercializable en un futuro, pero está claro que todavía quedan muchas cuestiones por resolver como por ejemplo el tema de la ventilación.
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