En su ficha de presentación como director del Instituto de Tecnología del Conocimiento de la universidad Complutense de Madrid, Pablo Gervás afirma sentir “el máximo respecto por la creatividad humana”. Si se tratara de otra persona, estas palabras podrían sonar a boutade; pero en su caso, que encabeza varias investigaciones para conseguir que las máquinas produzcan arte, la frase debe tomarse al pié de la letra. Doctor en Informática, Gervás ya ha demostrado que un ordenador puede simular, aunque sin llegar a la perfección de Góngora, un soneto al estilo del Siglo de Oro español, o incluso generar automáticamente una película de animación.
Lo que hasta ahora había quedado dentro de los laboratorios de computación saltó el pasado 22 de febrero a las tablas de un escenario londinense. El equipo de Pablo Gervás participó en la puesta en escena de “Beyond the Fence”, el primer musical concebido y diseñado prácticamente en su totalidad a través de ordenadores. El proceso -en el que han estado implicados varios departamentos de distintas universidades, así como músicos, profesionales del mundo del espectáculo y, por supuesto, intérpretes- se inició analizando por ordenador los musicales de mayor éxito en la historia. De esta forma, se obtuvo una premisa argumental (¿Qué pasaría si un soldado tuviera que aprender a entenderse con un niño para encontrar el amor verdadero?), sobre la que un software organizó la estructura narrativa de la obra diseñando los puntos claves del relato y las líneas emocionales de cada personaje. Posteriormente, sobre esta base fueron compuestas las canciones y los números musicales, también a través de ordenador. El resultado fue un musical de musicales, que combinaba elementos de muchas obras anteriores.
Todo el proceso de creación y el estreno de “Beyond the Fence” ha sido grabado para un documental que emitirá Sky Arts. Y, aunque la prensa británica no se mostró excesivamente entusiasta con el espectáculo -el crítico del Guardian hablaba de una obra “dulce y sosa”- también destacó que su calidad no se alejaba de muchos otros musicales estrenados en Londres. Pablo Gervás reconoce que las posibilidades creativas de los ordenadores no han llegado todavía a su máximo desarrollo, pero cree que muy pronto “empezará a haber soluciones tecnológicas que funcionen” y entonces veremos su trabajo, por ejemplo, “en una serie de televisión que necesite equipos amplios de guionistas para mantener temporada tras temporada el argumento vivo, funcionando, y cada vez con más ideas nuevas”.
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