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sábado, 26 de marzo de 2016

Cambio de hora: ¿Merece la pena por ahorrar 6 euros?

Los relojes pasarán de las 2 a las 3 esta madrugada. Cada hogar español ahorrará unos pocos euros mientras nuestro cuerpo sufre para adaptarse
LA VOZ, 26 de marzo de 2016.
HORST OSSINGER | EFE
Relojes en el parque de Volksgarten de Duseldorf
Esta madrugada arranca en buena parte de Europa el horario de verano. El cambio de hora implica que a las 2 de la madrugada serán las 3. Esta modificación en los relojes se viene haciendo desde 1974, para corregir la adecuación del horario español al de la Alemania nazi en 1942, y sigue usándose bajo la premisa del ahorro energético: más horas de luz equivalen, en teoría, a menos bombillas encendidas. Se estima que cada hogar español ahorrará 6 euros en su factura de la luz gracias al cambio de hora. Sin embargo, nuestros cuerpos sufren las consecuencias de una variación que afecta en la medida de un pequeño jet lag. ¿Merece la pena someter a nuestro organismo a este pequeño estrés por ahorrar seis euros con el cambio de hora?
El cambio de hora para adaptarse al horario de verano obedece a una Directiva Comunitaria dirigida a favorecer el ahorro energético. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, el potencial de ahorro en iluminación que genera esta medida puede suponer un 5 %, lo que equivale a 300 millones de euros de acuerdo con los precios actualmente vigentes. De esos 300 millones de ahorro, 90 millones corresponden al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de seis euros por hogar, mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
El cambio de hora comenzó a generalizarse de forma desigual a partir de 1974 a raíz de la primera crisis del petróleo. Entonces algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz natural del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. La directiva se aplica desde 1981 y cada cuatro años se ha renovado de forma sucesiva. Esta normativa se aplica con carácter indefinido desde la aprobación de la Novena Directiva por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001. La Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por el Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
Sin embargo, el propio IDAE subraya que, más que un simbólico cambio de hora, para llegar a un verdadero ahorro se tendría que adoptar un comportamiento «responsable» en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias. En concreto, seguir determinadas pautas o hábitos puede ahorrar 100 euros al año y evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.
Consejos para ahorrar de verdad
Entre los consejos para ahorrar energía con la iluminación más allá del cambio de hora, el IDAE destaca la importancia de aprovechar la luz natural; acordarse de apagara las luces al salir de la habitación; utilización de bajo consumo o fluorescentes compactas y son ideales para puntos de luz con uso diario de más de tres horas y permiten un ahorro del 80 por ciento; las lámparas halógenas LED, que pueden permitir ahorrar hasta un 80 por ciento en el consumo de energía de ese punto de luz; usar colores claros para decorar las casas, porque proporcionan ambientes más luminoso y necesitará menos luces
Asimismo, recomienda limpiar con regularidad las fuentes de luz ya que la suciedad acumulada dificulta una correcta difusión y utilizar reguladores electrónicos de flujo para las halógenas, que permiten adecuar el nivel luminoso a una necesidad concreta. Finalmente, aconseja los tubos fluorescentes sobre todo para baños, cocinas, trasteros y garajes así como instalar detectores de presencia en las zonas de paso, que activan y desactivan automáticamente la luz.

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