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domingo, 20 de marzo de 2016

Vigo se derrite con el dinochocolate

El pastelero dedicó diez jornadas laborales completas a crear el T. Rex que morirá despedazado el día 27
Begoña R. Sotelino / la voz, 20 de marzo de 2016.
A los 14 años, Jesús Veiga hacía tartas en casa. Y no porque nadie de su familia las hiciese. Siempre tuvo una capacidad creativa innata y al mismo tiempo, no pensó nunca en dedicarse a las Bellas Artes, sobre todo porque cree que la creatividad se puede aplicar a mil cosas. A los 17 años tuvo su primer trabajo como pastelero en La Fiorentina, de Bueu, y en esa labor artesana ha volcado desde entonces sus cualidades, que gracias a una interesante gestión de su vida laboral, se divide en dos partes independientes. Durante seis meses es pastelero en El Trigal y la otra mitad del año es jefe de cocina en el Hotel Rocamarina de Mallorca, en el que, por cierto, iniciará la temporada dentro de unos días. Con esta fórmula que le permite llevar dos vidas diferentes lleva ya 16 años. En el hotel libera su inventiva esculpiendo frutas, quesos o bloques de hielo y cuando está en Vigo está más limitado por el día a día, pero cada Semana Santa, desde hace catorce, presenta esculturas espectaculares que elabora con chocolate.
Este año ha batido todos récords con el esqueleto de un dinosaurio, un Tiranosaurio Rex (T. Rex), que despierta una gran expectación en una ciudad que se ha vuelto loca con los dinosaurios. Estos días, en el local hay dos colas, la de comprar el pan y la de hacerse una foto con el Dinochoco. Su primo, Dinoseto, está algo celoso, pero poco le durará la envidia, porque el próximo domingo, 27 de marzo, cuando acabe la pascua, la bestia de 300 kilos de chocolate y 2,5 metros de altura se romperá en mil pedazos y sus dulces huesos se repartirán entre los clientes que acudan al establecimiento. Jesús se pone triste pensando en ese momento y recordando el trabajo que pasó, durante diez jornadas laborales de 8 horas dedicadas íntegramente a esta tarea. «Podrían indultarlo. Fue la primera vez que necesitaba ayuda, porque tuvimos que usar andamio y estar al menos dos para que no se desequilibrase», explica añadiendo que la figura no es hueca. «Por dentro lleva una estructura de varillas de acero desde la cabeza a la cola y de pata a pata», indica.
Según Jesús Veiga, que nació en Redondela y allí tuvo durante tres años pastelería propia, cualquiera puede hacer lo que él hace. «Es ponerse. Lo que pasa es que hay que empezar por cosas más pequeñas y arriesgarse cada vez un poco más», manifiesta. La escultura dulce de El Trigal ya se ha convertido en una especie de tradición. El primer año recreó el estadio de Balaídos en azúcar, pero al año siguiente ya se pasó al chocolate. La torre Eiffel, la Sagrada Familia, Iker Casillas, el coche de Fernando Alonso, un peregrino del Camino de Santiago, un violonchelista o Van Gogh dieron paso a temas más locales como una vaca de la Cow Parade, la escultura de los caballos de la Plaza de España, los rederos de Gran Vía o el barco Alfageme de la rotonda de Coia.
El pastelero, autodidacta, no es solo artista seis meses al año. También lo es durante su faceta de hostelero, ya que es campeón de España en tallado de frutas. Pero si en algo gana a todos por goleada es en la capacidad de renovarse y aprender. «Hay que equivocarse para avanzar, buscar lo que te gusta y tener proyectos nuevos para poder levantarte cada mañana con ilusión», resume.

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