R. D. Seoane / La Voz, 26/10/2016
DANIEL LLAMAS |
«Siempre fui un poco inútil para lo del arte», dice Daniel Llamas Gómez. Pues cualquiera lo diría. Este ingeniero informático, que desde el Chuac mantiene bajo control los servidores de comunicación de todo el área sanitaria de A Coruña, ha vuelto a poner el cielo gallego en el Olimpo de la astrofotografía. Después de ganar el concurso nacional Ocean Photo Contest con la farera deCabo Vilán mirando su hogar bajo la Vía Láctea, ahora ha colocado Punta Nariga entre las cincuenta mejores imágenes paisajísticas del mundo. Así lo ha decidido, con una mención de oro en la categoría amateur nature, el jurado de The International Epson Pano Awards 2016, considerado el concurso de panorámicas más importante del mundo.
El mérito gana enteros si se tiene en cuenta que se trata de un certamen impulsado en las antípodas, en Australia, al que concurrieron más de un millar de fotógrafos de sesenta países con un número ilimitado de imágenes. «Es un orgullo que Galicia esté ahí, compitiendo con los Alpes, por ejemplo», dice Daniel, que en el mismo certamen obtuvo otra distinción, esta vez de bronce, con una instantánea de Baroña.
Con la panorámica de Barizo, el autor ha jugado además con el sentido. La tituló Tech vs Milky Way (Tecnología contra Vía Láctea). Sale él mismo en la foto, con el móvil iluminándole el rostro, diminuto bajo el imponente barco-faro de César Portela y una impresionante cúpula de estrellas. «Es un autorretrato -cuenta- y traté de representar cómo el frenético ritmo de vida que llevamos no nos deja disfrutar de la belleza que nos rodea, aunque solo haga falta levantar la mirada».
La misma imagen ya había llamado la atención antes. Se llevó una mención de honor en el International Photography Awards entre más de 17.000 candidatas, y en junio pasado logró el segundo premio en la categoría de fotografía nocturna del Finest Art Photography Awards entre las 4.000 presentadas. Bien merece que vaya a ser una de las 150 panorámicas que aparecerán en la biblia anual de este tipo de imágenes, el Kolor Panobook.
Daniel, que por el momento sigue entre servidores, asegura sentirse «muy orgulloso, porque todo lo que he conseguido es con paisajes de Galicia». Busca deliberadamente el preciosismo, algo que define como «reflejar algo que me parece espléndido lo mejor que sé y puedo» y asegura que entre sus propósitos, que comparte en la asociación Enfoque Nocturno, está fomentar una afición para «poner en su lugar lo bella que es nuestra tierra».
Por eso él, que empezó hace seis años a hacer fotos casi por casualidad cuando su mujer le regaló una cámara, nació su hijo «y solo podía hacer fotos por la noche», reclama protección para el cielo. «Verlo con tanta luz es complicado», advierte quien piensa ya en retratar la Ribeira Sacra, Os Ancares y, en un proyecto más lejano, los techos nocturnos del hemisferio Sur. Se trata, en fin, de no dejar de mirar hacia arriba.
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