Micaela Quinteros, 17 OCT 2016
El profesor Shinobu Ishigaki posando junto a la huella. INSTITUTO DE PALEONTOLOGÍA DE MONGOLIA Y UNIVERSIDAD DE OKAYAMA |
La mayor huella de dinosaurio ha sido descubierta en el desierto de Gobi, una región entre el norte de China y el sur de Mongolia. Los investigadores que participaron en la excavación, entre ellos, el profesor Shinobu Ishigaki, creen que se trata de un ejemplar de titanosaurio, que pertenece a la familia de los saurópodos, una especie herbívora y cuadrúpeda caracterizada por su cuello largo.
El tamaño de la huella es de 106 por 77 centímetros, por lo que se estima que la longitud del animal oscilaría entre los 20 y 35 metros de largo y su peso sería de 40 toneladas, aproximadamente.
Lo curioso de este descubrimiento es que no es una “huella cóncava”, es decir, no está hundida y así se ha preservado durante el paso del tiempo, sino que diversos sedimentos que transportan arena gruesa se han depositado en esa huella adoptando su forma.
Pero este no es el único hallazgo hecho en la zona. Los miembros de la investigación dieron con otras pisadas del titanosaurio, que, al ser consecutivas, permitirían “calcular la velocidad del movimiento” y el peso del animal. Se cree que el modo de caminar de este ejemplar era “arrastrando sus patas delanteras”, por lo que esas huellas serían más difusas y no se habrían conservado.
También localizaron, tras seis días conduciendo por el desierto, un gran número de huellas fósiles de otros animales dispersas por la zona, como los terópodos, una especie carnívora y bípeda que se extinguió hace 66 millones de años.
Sin embargo, esta no es la primera huella grande de dinosaurio hallada. En Marruecos y Francia también hay restos de pisadas de tamaño similar al hallado en el desierto de Gobi.
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