AFP, 29 de junio de 2016.
Este cohete de 54 metros, colocado horizontalmente sobre el terreno, funcionó durante dos minutos quemando 5,5 toneladas de combustible por segundo, mientras más de 500 equipos de registro capturaban numerosos datos para ser analizados en los próximos meses.
La prueba, que tuvo lugar en un campo de ensayos de Orbital ATK Propulsion Systems en el estado de Utah, se realizó con una hora de retraso debido a un problema en uno de los ordenadores.
El encendido del cohete se realizó a baja temperatura para simular un lanzamiento en invierno, con temperaturas bajo de cero, para lo cual fue necesario enfriar el motor durante varias semanas.
Un primer ensayo había sido realizado en marzo del 2015 con temperaturas cálidas para simular un lanzamiento realizado desde Florida. Se prevé que el futuro sistema de lanzamiento de la Nasa esté equipado con dos de estos cohetes, que son una versión más moderna y potente de las que se utilizaron en el pasado para los transbordadores espaciales.
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