El destino de una de las etapas más duras se supo poco antes de dejar Nueva York
R. Romar / la voz, 21 de junio de 2016.
Misterio resuelto. Sevilla será el destino de una de las etapas más duras del avión solar que desde el pasado año está dando la vuelta al mundo para demostrar que es posible completar una hazaña semejante sin gastar ni una sola gota de combustible. Los pilotos suizos Bertrand Piccard y André Borscheberg, así como los demás miembros del proyecto Solar Impulse, nombre que también ha recibido la aeronave, mantuvieron hasta el último momento la incógnita de cuál sería el lugar en el que aterrizaría la aeronave después de partir de Nueva York para cruzar el océano Atlántico. De todo el plan inicial fue la única etapa en la que no aparecía el destino. Los dos lugares propuestos eran o bien el sur de España o el norte de África, pero la duda no se despejó para el gran público hasta minutos antes de que el aventurero Bertrand Picard despegase ayer desde la ciudad de los rascacielos.
«Heme aquí solo durante cuatro días sobre el Atlántico, sin una gota de gasolina», escribió en su cuenta de Twitter poco antes de partir. En realidad la duración exacta de una travesía tan larga no se sabe con certeza, ya que, en función de los vientos o de la fuerza con que pegue el sol para recargar las baterías solares del avión, oscilará entre 90 y 110 horas. Si finalmente la duración es esta última, la etapa estará muy cerca de las 118 horas que necesitó André Borscheberg para completar la ruta del Pacífico, entre Nagoya (Japón) y Hawái. Fue el récord absoluto, y lo seguirá siendo si su compañero Bertrand Piccard no sufre ningún incidente que le obligue a realizar un rodeo. El avión tiene una envergadura de 72 metros, similar a la de un Jumbo 747, pero pesa poco más que un automóvil, 1,5 toneladas, por lo que es muy sensible a las turbulencias. Una dura prueba de la que es consciente Piccard: «Acabo de pasar el punto de no retorno. Ahora volaré solo hacia Europa con el vasto Atlántico por delante», escribió poco antes de abandonar el último tramo de costa de Estados Unidos.
Temperaturas extremas
La cabina del avión, de 3,8 metros cuadrados, es tan pequeña que solo se permite la navegación por parte de un piloto. En esta nueva travesía al aventurero suizo le quedan al menos por delante cuatro días y cuatro noches en las que apenas podrá echarse una cabezada para descansar.
La reducida estancia en la que viaja, que no está presurizada, está equipada con tanques de oxígeno para permitir respirar a los pilotos y está recubierta con espuma aislante para que puedan resistir las temperaturas extremas que se registran durante el vuelo.
Cuando llegue a Sevilla, el Solar impulse habrá completado el 80 % de su objetivo de dar la vuelta al mundo. Desde la capital andaluza aún le quedarán otras dos etapas hasta alcanzar Abu Dabi, desde donde se inició la aventura.
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