Esta sí es, literalmente, una historia de película. Y de las que hacen llorar, también literalmente. Hachiko es un perro de raza akita, que esperó a su dueño muerto durante casi diez años. Se quedó a vivir en la estación de Shibuya en Tokio a la que lo iba a buscar cada día y a la que un día su dueño, el profesor Eisaburo Ueno, no volvió porque falleció repentinamente cuando estaba trabajando. Hachiko se quedó allí a vivir, esperándolo.
Hace unos días se publicó en The Japan News en una imagen inédita, tomada hace ochenta años, de Hachiko, tumbado plácidamente en la estación. Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y que ha acumulado miles de «likes» a lo largo de todo el mundo.
La foto, que pone de manifiesto la inquebrantable lealtad de Hachiko, muestra al perro tumbado sobre su barriga esperando plácidamente en la entrada de la estación de Shibuya. La imagen, que capta la atmósfera cotidiana en la que vivía Hachiko, fue tomada en el año 1934 por Isamu Yamamoto, un joven empleado de banca que vivía en el distrito de Sarugakucho en Tokio.
Ese año fue erigida la primera estatua de Hachiko, que ya era considerado en Japón como un perro extremadamente fiel. La familia de Isamu Yamamoto encontró la imagen cuando estaban realizando una limpieza de la casa donde vivió y se lo dio a un escultor que creó una segunda estatua del perro en frente de la estación.
Hachiko nació el 10 de noviembre de 1923 y murió el 8 de marzo de 1935. Fue regalado al profesor Eisaburo Ueno a principios de 1924 y cada día lo acompañaba a la estación para despedirse. También cada día acudía a buscarlo.
El 21 de mayo de 1925 Ueno falleció de un paro cardíaco cuando daba clases en la Universidad pero, como hacía habitualmente, Hachiko fue a buscarlo a la estación y allí se quedó, hasta su muerte. Llamó la atención de los transeúntes, algunos de los cuales lo cuidadaron y alimentaron durante años. En Japón se convirtió en un perro de leyenda.
La historia de Hachiko fue llevada al cine en 2009 con el título Siempre a tu lado, Hachiko, una película dirigida por Lasse Hallström e interpretada por Richard Gere, Joan Allen y Sarah Roemer.
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