Dos artistas gallegas presentan en Londres documentales para denunciar el exceso de residuos que produce la sociedad
Rita Alvarez Tudela / VdG, 22 de noviembre de 2015.
Las artistas gallegas María José Arceo y Susana Sanromán están preocupadas por el medio ambiente y, en especial, por el impacto que tiene el uso desmesurado de plástico y productos electrónicos de nuestra sociedad. Hoy presentan en Londres sus trabajos dentro del festival anual Spain Now. Arceo lleva un documental fruto de su participación en el proyecto eXXpedition con otras 14 mujeres que viajaron desde Martinica hasta Lanzarote. «Se trata de crear conciencia sobre el aumento de los casos de cáncer y transmitir la proliferación de restos de plástico en el agua», explica.
Sabe bien de lo que habla: durante las más tres décadas que lleva viviendo en Londres recoge de forma voluntaria restos de plástico en las orillas del Támesis cuando baja la marea. En una sesión fue capaz de recoger más de diez sacos y, al tirarlos en un contenedor para reciclaje, un vecino le dijo que, si lo llenaba, ellos no podrían echar sus bolsas. «Ahí me dio por traer las bolsas hasta mi casa y comencé a limpiar los restos y separarlos. Había muchos tampones, bastoncillos, botellas y una larga lista con muchas sorpresas», explica esta artista nacida en Santiago, que pronto encontró en estos restos de plástico inspiración para sus futuras obras.
Ante la proximidad de la Cumbre del Clima en París, Arceo reconoce que le gustaría que se llegase a un acuerdo para prohibir el uso plásticos en cosméticos como ya ocurre en California y que se trate de limitar su uso. «En los supermercados se utiliza hasta para envolver un pepino y es absolutamente innecesario».
La coruñesa Susana Sanromán presenta una pieza de videoarte de su proyecto en curso Lo que dejamos atrás, una crítica al consumismo y al aumento de la basura electrónica. Sanromán lamenta que seamos tan asiduos a la compra de móviles u ordenadores, incluso cada seis meses, sin llegar a darnos cuenta de lo que eso supone para el medio ambiente. «Los políticos deberían explicar los datos con cifras que la población entienda y no simplemente con dos toneladas de dióxido de carbono», dice.
De ahí nace su proyecto, donde no quiere culpar de lo que ocurre a la sociedad porque nadie es consciente. Por eso, sus fotos están compuestas por momias que representan la presencia humana en localizaciones donde se puede comprobar de forma literal el impacto en el medio ambiente.
Sanromán se desplaza a la minería de Río Tinto, donde se encuentra con «un paisaje marciano, extraño y a la vez bonito», pero también a los invernaderos abandonados de Canarias y Almería, al pueblo de Dungeness, e las mansiones de la familia Bailly en San Pedro de Nos (Oleiros).
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