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miércoles, 18 de noviembre de 2015

La adepta al pastafarismo que logró llevar un colador de pasta en su foto del carné de conducir

Lindsay Miller, de Massachusetts, aprovechó que la regulación del Estado permite cubrir la cabeza en las imágenes oficiales por motivos religiosos
NOVO / VdG 17 noviembre, 2015
El Monstruo del Espagueti Volador es el único dios verdadero y Lindsay Miller lo sabe. La chica, de la localidad de Lowell, Massachusetts, ya se ha ganado el derecho de tener un lugar en la galería de la fama del pastafarismo por un gesto tan pequeño como relevante. Ha logrado llevar puesto, en la fotografía de su carnet de conducir, un colador de pasta en la cabeza, símbolo de esta religión paródica.
El registro de vehículos de motor de Massachusetts no permite a nadie llevar ningún tipo de sombrero en la cabeza en la fotografía oficial. Pero hay un resquicio en la ley que Miller ha aprovechado. La excepción: se podrá cubrir la cabeza únicamente por razones religiosas.
Así que Lindsay Miller reclamó sus derechos. Porque ella es una pastafaristaconvencida, una de esas tantas personas «tocadas por el apéndice tallarinesco» del Monstruo del Espagueti Volador. Y los miembros de la Iglesia de ese ser invisible e indetectable que creó el Universo después de una borrachera tienen por costumbre cubrir su cabeza con un colador de pasta.
En un principio, la oficina de tráfico de Massachusetts desestimó su petición porque no la veía más que como una de tantas bromas absurdas que tienen como objetivo a los organismos oficiales. Pero Miller no estaba de broma con respecto a su fe. Dolida en todo su orgullo tallarinesco e incrédula al ver cómo la sociedad daba la espalda al dios verdadero del pastafarismo, siguió dando guerra. Llegó a lograr que la asociación Humanista Americana llenara una apelación para apoyarlos tanto a ella como a su colador.
Así fue como, finalmente, el registro de vehículos de motor aceptó finalmente su solicitud. «Aunque no creo que el Gobierno se deba involucrar en temas de religión, realmente espero que la decisión aliente a mis compañeros pastafaris ateos a expresarse como yo lo he hecho», confesó Miller después de conseguir para el Monstruo del Espagueti Volador el respeto que se merece.
No es la primera de todo el mundo, ya que tanto en Austria como en la República Checa ha habido casos anteriores de ciudadanos que lograron aparecer con el símbolo de la única fe verdadera, el pastafarismo, en el permiso de conducir o en el carné de identidad. En esos países también se utilizó el pretexto de la confesión religiosa.

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