Elisa Alvarez/ La Voz, 07 de agosto de 2015.
El Consello de la Xunta autorizó en su reunión de ayer la licitación para construir una nueva planta en el complejo de Sogama, en el concello de Cerceda, así como para remodelar la actual de reciclaje, tratamiento y elaboración de combustible. Se trata de un contrato de 335 millones de euros más IVA, que tiene por objetivo reducir el desvío de residuos a vertederos e incrementar la capacidad de tratamiento de la planta.
En concreto y tal y como explicó Feijoo, se elevará un 36 % la capacidad para tratar residuos, pasando de las 550.000 toneladas anuales de la actualidad a las 750.000 en el año 2017. En cuanto a la reducción de residuos, el objetivo es disminuirlo en un tercio. En el 2009 se desviaban a vertederos más de 354.000 toneladas y en el 2014 fueron 189.411, que ahora se reducirán otro tercio más. «A pretensión última é que só se desvíe ao vertedoiro aquela parte do lixo que non poida ser reutilizada, reciclada ou valorizada, tanto material como enerxeticamente», explica la Xunta.
No obstante, y después de tres años en los que se rebajó casi a la mitad ese volumen al que no se da el tratamiento idóneo y debe enviarse al vertedero de Areosa, el año pasado Sogama incrementó la basura derivada con estas 189.411 toneladas, 3.000 más que en el 2013. El dato vuelve a evidenciar los problemas de saturación que la sociedad ambiental arrastra desde hace años, y que espera solventar desde el 2016 con la puesta en servicio de una nueva planta de valorización prevista en el Plan de residuos, cuya licitación acaba de autorizar el Consello de la Xunta.
El contrato, del que se autorizó su licitación, incluye construir una planta de recuperación de envases (plástico, papel y cartón) y la remodelación de la actual nave de reciclaje y elaboración de combustible, así como el mantenimiento durante los próximos quince años. La previsión es que esta nueva construcción entre en funcionamiento en el 2017.
La ampliación de Sogama, a la que están adheridos 295 de los concellos gallegos, se sitúa en línea con el Plan autonómico de xestión de residuos urbanos del período 2010-2020 que tiene entre sus líneas estratégicas reducir los residuos que se producen; aumentar el porcentaje de reciclaje; y minimizar los vertidos. El primero de los objetivos se ha alcanzado, ya que se planteaba una disminución de un 10 % y actualmente se producen un 13 % menos.
En cuanto al reciclaje, el plan pretende triplicar los niveles, pasado de un 12-13 % actuales a en torno el 30 %. En el caso de los vertidos se recoge un descenso del 42 al 24 %.
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