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lunes, 31 de agosto de 2015

41 días cazando recetas en Galicia

Dos estadounidenses recorren los países buscando platos «hechos con amor»
P. Calveiro / agencia, 31 de agosto de 2015.
ÁLVARO BALLESTEROS
La historia de Leila Elamine y Anthony Morano empieza hace unos dos años, cuando el destino cruzó sus caminos en un momento clave. Ella llevaba cuatro años investigando el cáncer y compartiendo su día a día con pacientes a los que no les daban más de seis meses. Fueron ellos los que la animaron a dejarlo todo para vivir la vida, «porque no sabes cuando va a acabar», le decían. Él, tras abrirse camino en el mundo de la banca en Nueva York, creó una empresa de salud en Costa Rica. Cuando esta estaba ya plenamente consolidada y en situación de comenzar su expansión por el mundo, Anthony se dio cuenta que eso no le hacía feliz y dejó el negocio para encontrar «algo que me hiciera feliz», relata.
En este punto es cuando se encuentran los dos estadounidenses, a pesar de que ambos habían estudiado en la misma universidad (Emory, en Atlanta). «Cada uno hicimos nuestra propia lista con todo lo que queríamos hacer en ese momento», cuentan, y se sorprendieron al ver que compartían más de una aspiración. Querían recorrer el mundo, conocer gente y descubrir cómo cocinan y viven la gastronomía en otros países. Así, se echaron la mochila a cuestas para convertirse en cazadores de recetas típicas «hechas con amor».
Su viaje comenzó el año pasado. En julio encontraron una promoción para ir a Noruega por 200 dólares y no se lo pensaron. Decidieron probar suerte y ver si su idea funcionaba.
Su plan era utilizar plataformas como Workaway para poder ofrecerse como voluntarios a cambio de alojamiento y comida. Así, acabaron en una granja de leche en la que, a cambio de 25 horas de trabajo a la semana, tenían un techo. «Eso nos dejaba margen en nuestras horas libres para buscar a personas que cocinaran con amor», apunta Anthony, y documentar sus historias y las recetas que le enseñaban en un blog (madewithlove.info).
Después de Noruega vino Suecia, Croacia, Chipre, Líbano, Egipto e Italia. Allí el azar se puso de nuevo de su lado. En aquellas listas que habían hecho Anthony y Leila cuando dejaron sus respectivos trabajos había otro punto en común: hacer el Camino de Santiago. Un cura italiano, viendo las buenas valoraciones que tenían los norteamericanos en las webs de voluntariado, contactó con ellos.
«Nos propuso hacer el Camino con él, acompañando a un grupo de chicos con los que salimos desde Sarria», indican. Luego de ocho jornadas en ruta, llegaban el 10 de agosto a la capital gallega. «Compartir con los chicos el Camino durante cada día fue increíble. Además, pudimos probar la comida en Galicia, que está muy rica, por lo que decidimos hacer aquí algo más completo de lo habitual», añaden. Pasarán cerca de un mes y medio, 41 días, cazando aquí recetas típicas. Querrían quedarse un poco más, pero eso ya depende del visado europeo.
«Normalmente vamos a los mercados a conocer los productos. En el de Padrón, nos hablaron de los pimientos de Herbón y fuimos con unas mujeres a trabajar en sus tierras», cuenta Anthony. Después de media hora, una de ellas se ofreció a cocinarles la primera receta «hecha con amor» que representará a la gastronomía gallega en su blog en Internet.
«Es de las mejores del mundo»
El pulpo y los ricos de Melide, la tortilla de Betanzos, los mariscos y pescados de Viveiro, los calamares de Porto do Son... Son muchas las localidades y bocados que ya les han enamorado el paladar de estos dos estadounidenses, sorprendidos por sabores «tan diferentes», dicen, como el del ribeiro, los mejillones, el raxo o los callos. Después de algo más de un año conociendo la gastronomía de siete países, dicen estar fascinados con la de Galicia. «La comida gallega es, sin duda, una de las mejores del mundo. El producto aquí es muy importante y no se ha perdido la idea de hacer buenos productos, poniendo la calidad por encima de la rentabilidad», subraya la pareja de norteamericanos, Anthony y Leila, que siguen a la caza de cocineros de buen corazón por Galicia que nutran su blog y su alma.

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