María Jesús Fuente / La Voz, 21 de mayo de 2016.
Con la esperanza de obtener una explicación, al día siguiente de recibir la alerta de Google interpuso una denuncia en el registro electrónico del Concello. En la misma hizo constar lo sucedido y el supuesto intento de acceso a su cuenta de correo electrónico, como documenta en un archivo adjunto en el que incluye la dirección IP desde la que se trató de entrar en la cuenta. Muestra su temor a que se «podería estar a desviar material de forma irregular para usos non autorizados». Por esta razón, solicita la intervención del Concello de Vigo para que aclare lo ocurrido.
El viaje de un teléfono móvil de Vigo a Extremadura es un misterio digno de resolver por el infalible Sherlock Holmes. Todo empezó cuando el vecino de la ciudad que responde a las iniciales H. V. L. acudió el pasado día 6 a la nave del punto limpio del Camiño do Caramuxo para deshacerse de varios teléfonos viejos y de un portátil. Tras dejar constancia de su DNI y del justificante de estar empadronado en Vigo, como exige la normativa, se despidió de los artilugios con la convicción de que no sabría más de ellos y de que emprenderían el camino hacia la destrucción.
Cuál no sería su sorpresa cuando doce días después Google le notifica que ha evitado un intento de inicio de sesión en su Samsung Galaxy Mini 2, localizado en la localidad extremeña de Montijo. «Non entendo como en tan pouco tempo foi arranxado (porque estaba morto e por iso merquei outro), e pasou de Vigo a un pobo de Badajoz», explica el protagonista de esta curiosa historia.
Con la esperanza de obtener una explicación, al día siguiente de recibir la alerta de Google interpuso una denuncia en el registro electrónico del Concello. En la misma hizo constar lo sucedido y el supuesto intento de acceso a su cuenta de correo electrónico, como documenta en un archivo adjunto en el que incluye la dirección IP desde la que se trató de entrar en la cuenta. Muestra su temor a que se «podería estar a desviar material de forma irregular para usos non autorizados». Por esta razón, solicita la intervención del Concello de Vigo para que aclare lo ocurrido.
«Eu entregueino para que fora tratado como residuo tóxico, non para que se puidera poñer en circulación, máxime cando hai datos sensibles. Pódese acceder a correos e mensaxes. Confieime e non me preocupei de destruir a terminal, porque ademais, como estaba averiado...», apunta, tras advertir que «menos mal que cambiei o contrasinal hai uns días».
Para la empresa Toysal, encargada de gestionar para el Concello el punto limpio del Camiño do Caramuxo, «no hay explicación» para lo expuesto por H. V. L., según afirma el coordinador general, José González. Explica que la planta es solo de transferencia, que en ella se revisan todas las entradas y salidas y no se hace ningún tipo de tratamiento. «Apenas pasan aquí veinticuatro horas hasta que llega el camión y se los lleva al gestor final en A Coruña, donde conforme entran los aparatos se destruyen, según consta en un certificado», explica. Insiste en que es la primera ocasión en su historia que sucede algo de este tipo y en que no lo ve factible. «En esta planta, imposible», afirma.
El vecino, que de momento prefiere no identificarse públicamente salvo con sus iniciales, cree que el que debe dar una explicación es el propio Ayuntamiento al ser un servicio municipal. Entiende que lo que no es normal es que un teléfono que había dado por muerto se intente poner en marcha de nuevo y a más de 500 kilómetros.
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