M. Cheda / la voz, 18 de mayo de 2016.
El Diario Oficial de Galicia publicará entre este miércoles y el viernes un decreto que va a revolucionar el modo en que se clasifican los establecimientos hoteleros de la comunidad, trámite que actualmente se rige por una norma dictada en septiembre de 1999. A partir de este junio, las estrellas se concederán no solo por cumplir una serie de requisitos mínimos exigibles para cada categoría, sino también en función de los puntos que cada negocio obtenga en aplicación de más de 300 criterios diferentes. Por ejemplo, velar por el medio ambiente, ofrecer Internet gratis en todas las instalaciones y cuidar a los hijos o a las mascotas de los clientes facilitará escalar posiciones en el ránking. Los negocios ya abiertos (2.222 con 83.866 camas) dispondrán de plazo hasta julio del 2021 para procurarse encaje en el nuevo marco legal.
Al igual que ahora, los establecimientos gallegos del sector continuarán dividiéndose en pensiones y hoteles. Este último conjunto, compuesto por seis subgrupos de gestión (balneario, talaso, posada...), lo integrarán negocios de diez clases diferentes, el doble que en estos momentos: los convencionales de una, dos, tres, cuatro y cinco estrellas, más los catalogados como superiores dentro de cada una de las anteriores categorías.
A solicitud de los propietarios, en el futuro la Administración encuadrará cada hotel en uno de esos nichos en base a los estándares comunes de calidad a los que se ajusten y -ahí el gran cambio- sobre todo según la nota que sus infraestructuras, equipamientos, servicios y facilidades reciban. Entre 326 alternativas y un máximo de 1.703 puntos conseguibles, esto permitirá a los empresarios elegir qué condiciones del menú quieren cumplir y cuáles no, pudiendo orientar así sus dependencias hacia uno o varios tipos concretos de huéspedes: de reuniones y congresos, familiares, de vacaciones...
Partiendo de cero los hoteles deberán recabar al menos 135 puntos para hacerse acreedores de la primera estrella, 236 para la segunda, 355 para la tercera, 471 para la cuarta y 673 para la quinta, que habrán de ascender hasta 823 para ganar el plus de más alta gama. Computarán ahí cuestiones de toda índole. Desde encontrarse el inmueble ubicado en un conjunto histórico (4 tantos) o bien a menos de 500 metros de la costa (7), hasta utilizar plantas o bien flores naturales en la decoración de vestíbulos y pasillos (4), pasando por la colocación de ventanas con medidas de aislamiento acústico (8).
Platos gallegos, un plus
Igualmente, contribuirán a subir nota activos que en 1999 la Xunta obvió en la redacción de las disposiciones para el gremio: dejar sillas de ruedas (4), contar con documentos en braille (4), disponer de una carta de almohadas (5), ofrecer aparcacoches 12 o más horas al día (4), dar cenas frías para llegadas tardías (6), contratar a personal que domine cuatro idiomas extranjeros (15) e incluso servir en el restaurante «platos representativos de la gastronomía gallega»(7).
El listado de comodidades prioriza también las relacionadas con el respeto al planeta (amenities de origen ecológico, 5 puntos; usar energías renovables, 6...) y con las tecnologías (wifi gratis en todo el recinto, 10; prestar tabletas u ordenadores a la clientela, 3; acceso a canales temáticos de televisión, 5...).
El Clúster Turismo de Galicia, que agrupa a 5.931 empresas del ramo, todavía no ha tenido acceso a la versión definitiva del nuevo decreto que ordenará los establecimientos hoteleros en la comunidad, pero sí al borrador de esas reglas. De hecho, tomó parte en su elaboración. «Es la primera normativa que se ha gestado con un fluida comunicación entre la Administración pública y el sector. [...] Se nos ha escuchado y se han tenido en cuenta nuestras consideraciones para introducir nuevos criterios de valoración. Es un paso muy importante para nosotros como grupo», destaca el presidente del citado colectivo, Francisco González.
El directivo valora positivamente el documento en tanto que «supone la introducción de parámetros de calidad» y respalda también el sistema de concesión de estrellas por consecución de puntos según los «servicios prestados por cada negocio y ofrecidos a la libre elección de los titulares de los mismos». Asimismo, aplaude la adopción por parte de la Xunta de «elementos de flexibilidad en la rigidez métrica de las superficies exigidas».
Con esta última afirmación se refiere González a que a partir de ahora los cuartos dobles tendrán que medir al menos 12 metros cuadrados en los hoteles de una estrella, 14 en los de dos, 15,5 en los de tres, 16 en los de cuatro y 17,5 en los de cinco; o sea, prácticamente lo mismo que en estos momentos. Pero, a diferencia del decreto de 1999, este que el Diario Oficial de Galicia publicará entre hoy y el viernes permite a los empresarios incluir en ese cómputo de espacio tanto los baños de las habitaciones, como las zonas de acceso y los armarios, sean o no empotrados.
Despachada esta norma, la patronal urge la aprobación definitiva de la que regulará las viviendas de uso turístico, para «acabar con la competencia desleal».
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