Alejandro Martínez / la voz, 03 de febrero de 2016.
ÓSCAR VÁZQUEZ/ Adrián y Gosia ayer en en la calle Príncipe con su hija Daniela, de dos años de edad, con la que el año pasado dieron la vuelta al mundo en 80 días. |
Mola Viajar, el canal de viajes de Youtube con el mayor número de suscriptores del país, tiene sello de Vigo. Adrián Rodríguez Pérez y Gosia Bendrat son los administradores de una cuenta que supera ya los 73.000 seguidores. La clave de su éxito es contar en primera persona las expediciones que realizan por todo el mundo.
El nacimiento hace dos años de su hija Daniela no ha interrumpido su afán por conocer nuevas culturas. Con ella han dado ya la vuelta a Galicia, a España y al mundo. Su interés consiste ahora en demostrar a los internautas que viajar barato es posible y que con niños también se puede.
No son una familia cualquiera. Haber triunfado en Internet les permite ganarse la vida saltando de un país a otro contando sus experiencias, mostrándose al mundo tal y como son con una sencilla cámara de vídeo y un programa de edición en el ordenador portátil.
Las marcas han encontrado en los youtubers un auténtico filón. Sale rentable patrocinar a unos viajeros con dotes de comunicación que cuenten sus experiencias a sus miles de fans. Y Adrián y Gosia se han subido a ese tren, del que no se piensan bajar en mucho tiempo. «La gente ya no ve la tele ni los anuncios, Youtube es mucho más atractivo», afirma Gosia. Mola Viajar es un fenómeno que no se hizo de la noche a la mañana. Ni siquiera ambos sabían dónde podía acabar su aventura aquel día que crearon un blog para que sus respectivas familias tuvieran noticias de ellos cuando estaban lejos. Pero a medida que fueron ganando prestigio en Internet, las firmas comerciales fueron tocando a su puerta, otorgándoles una solvencia económica que les permite dedicar su vida a lo que más les apasiona sin la preocupación de llegar a fin de mes.
Patrocinadores
Contar con el patrocinio de firmas como Totto España o Iati Seguros les ha permitido no variar ni un ápice su filosofía de moverse por el mundo, que es hacerlo siempre a bajo coste. Viajar para ellos es hacer una pequeña inversión para llenar su mochila de experiencias positivas, gente nueva, lugares y culturas diferentes y la satisfacción de poder compartirlo después con miles de personas. Un negocio redondo.
Adrián cuenta que todo empezó hace 11 años. Había terminado sus estudios como diseñador gráfico y decidió coger un avión a Escocia para aprender inglés.
Como no tenía dinero para pagarse un curso de verano con profesores titulados decidió ponerse a trabajar en un hotel y aprender el idioma integrándose en la sociedad escocesa. Allí conoció a Gosia, que había llegado de Polonia y se encontraba en su misma situación. Compartían las mismas inquietudes viajeras y pronto surgió el flechazo entre ambos. Ahorraron una temporada y se fueron a Tailandia y a Vietnam. Se sentían afortunados por disponer de cinco semanas, cuando la mayor parte de los turistas que eligen estos destinos lo suelen hacer por una, dos semanas o un mes como máximo.
«Allí nos dimos cuenta de que la gente viaja seis meses, ocho e incluso un año y nos preguntamos cómo hacen para mantenerse durante todo ese tiempo. Pronto descubrimos que hay muchas formas de viajar». Por eso, cuando regresaron a Barcelona, donde ambos encontraron trabajo, sabían que no iba a ser por mucho tiempo, el suficiente para ahorrar dinero y volver a echarse el mundo por montera para descubrir nuevos horizontes.
Sudeste asiático
Dos años después invirtieron cuatro meses en recorrer el sudeste asiático. «Fue nuestro primer gran viaje», afirman. Para esta aventura abrieron un blog. «Fue en plan hobby, ella escribía en polaco y yo en español, para que nuestras madres, que no compartían que hubiésemos dejado nuestros trabajos, supieran que estábamos bien», afirma Adrián.
Después se casaron y cumplieron su gran sueño, dar la vuelta al mundo con las mochilas a sus espaldas. De esta forma, pudieron conocer la India, China, Tailandia, Laos, Malasia, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Durante los ocho meses que duró el viaje se gastaron 6.400 euros cada uno, menos dinero de los que les costaba mantenerse cuando se encontraban trabajando en Barcelona y pagando un alquiler. Y de esta cantidad, solo emplearon 500 euros para costearse el alojamiento. Gracias a las redes sociales fueron conociendo a mucha gente que les fue ofreciendo sus casas por el camino, desde hogares humildes «hasta viviendas de multimillonarios». «No teníamos mucho dinero, pero queríamos ver el mundo y vimos que hay formas de hacerlo saliendo de la zona de confort», afirma Adrián. De esta forma, recorrieron Australia haciendo autostop y Nueva Zelanda recolocando caravanas contratadas por otros viajeros, pero a las que había que devolver a su origen.
Entonces su blog ya había aumentado espectacularmente el número de visitas. Con el nacimiento de su hija quisieron hacer ver a sus seguidores lo enriquecedor que puede ser viajar con un bebé. Entonces fueron apareciendo más patrocinadores. Cuando la pequeña cumplió cuatro meses dieron la vuelta a España grabando vídeos para Ciudades AVE. Hyundai les contrató para ir a grabar al mundial de Brasil. Con Ford recorrieron Galicia «para que la niña viajara cómoda».
También han estado con ella en París o en Japón. En enero del año pasado cumplieron el reto de duplicar el número de seguidores y, para celebrarlo, dieron la vuelta al mundo en 80 días. Cada domingo a las ocho de la tarde van colgando capítulos de aquel viaje. «Fue una experiencia increíble, hemos abierto los ojos a muchos padres», afirma Adrián. «Viajar es para ella la mejor guardería», apunta Gosia.
Crearon un blog para contar los viajes a sus familias y ahora es el más visto del país. El apoyo de varias marcas les permite recorrer el mundo sin preocuparse por el dinero
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