Nacho Blanco / la voz, 05 de febrero de 2016.
En diciembre del 2014 se produjo la suelta de dos ejemplares de lince en los Montes de Toledo. Y uno de ellos visitó Galicia. Ambos fueron introducidos en una zona en donde no existe población de este felino, el más amenazado del planeta, con solo 327 especímenes censados el año pasado. El macho Kentaro recorrió más de 2.400 kilómetros y tomó rumbo norte, llegando la semana pasada hasta las sierras más orientales de Ourense. Un GPS controla vía satélite su posición, con un margen de error de escasos metros. Antes,Kentaro realizó un tour por La Rioja y Castilla y León, hasta cruzar la frontera y acabar en Tras os Montes, ya en Portugal. Desde ahí, este joven macho criado en cautividad saltó a Ourense.
Los expertos, caso de Miguel Ángel Simón, director del programa Iberlince, señalan la importancia de este hecho. «Es interesante conocer los movimientos de Kentaro para saber qué áreas son idóneas para su reintroducción». Su proyecto busca espacios óptimos para asentar linces. «Pero es difícil, pues son necesarios varios factores. Primero, una superficie notable de entre 15.000 a 20.000 hectáreas. También que en la zona haya abundancia de conejos, además de que el animal no tope con amenazas como la caza furtiva, trampas y venenos o exceso de infraestructuras. Y que la zona tenga al menos 30 hembras reproductoras», señala Simón. ¿Es compatible el lince con el lobo? Sin duda. Ambos parecen ignorarse y mantienen espacios propios.
Y las sierras orientales de Ourense y Lugo, con un ecosistema de tipo mediterráneo, podrían ser ideales para esta especie. Hace exactamente dos años La Voz publicó un reportaje en el que se preguntaba si todavía había linces en la comunidad y revisaba avistamientos -el más riguroso el del zoólogo Anthony Clevenger en Doiras, en 1985-, concretamente en las sierras orientales en las que Kentaro ha puesto sus ojos. Aunque el director de Iberlince matiza sobre la posibilidad de que Galicia conserve alguna población de este felino, y asegura que «si la hubiera sería fácil constatarlo. Aunque si hicieras encuestas probablemente te saldrían muchos avistamientos. Los confunden a veces con gatos, linces boreales...», y añade que puede que Kentaro solo sea, como han venido en llamarlos los expertos, un lince «explorador». El GPS del viajero lo situaba ayer en las montañas bercianas limítrofes con Galicia. «Nunca recibí llamadas para reintroducir el lince ahí», confiesa. ¿Es costosa la cría en cautividad? «Lo más costoso de todo el proceso es que sobrevivan», responde Simón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario