Jorge Bravo / la voz, 23 de febrero de 2016.
El jabón de melgacho podría estar a punto de aparecer en las mejores droguerías. La prohibición de los descartes tras la aprobación de la nueva política común de pesca aviva el ingenio de los científicos, que buscan fórmulas para revalorizar las especies capturadas accidentalmente. El melgacho -también conocido como pintarroja o pez gato- y más concretamente su páncreas es rico en tripsina, un componente que, aislado, le convierte en un potente aliado contra las manchas. Y es solo una de las muchas utilidades.
Así lo revela una tesis realizada por la investigadora del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, dependiente del CSIC, María Blanco. En ella, la científica pretendía estudiar el pez en sí mismo y hacer propuestas de cómo valorizar los subproductos. «Analizamos en el laboratorio las diferentes partes para estudiar los componentes que poseía», cuenta Blanco. Y descubrieron esas propiedades. Ahora, Blanco pasa la pelota a la industria, que debe estudiar la viabilidad de emplear esa encima en detergentes, jabones u otros productos de limpieza.
No serán las tintorerías las únicas beneficiadas de esta investigación. El melgacho es rico en múltiples compuestos. Sobre todo, su piel. Aquí entran en juego las farmacéuticas y empresas dedicadas a la cosmética. De ella se extrae un colágeno que, una vez tratado en laboratorio, tiene la capacidad de regenerarse. Si la industria apuesta por él, las nuevas cremas hidratantes podrían incorporar la proteína de este pez.
Hasta yogures y salsas
La industria alimentaria también tiene amplias posibilidades de aprovecharse de esta especie. Los extractos de su páncreas generan una serie de elementos (hidrolizados proteicos) que presentan un fuerte efecto como espumantes y emulsionantes. Así, «se podría usar por ejemplo para estabilizar la salsa mayonesa o darle mejor textura a los yogures o las mousse de chocolate», comenta María Blanco. Es una propiedad que también ha demostrado tener el carnavalito, una especie en investigaciones de la Cooperativa de Armadores de Vigo.
María Blanco cree que su investigación debería motivar el estudio de otras especies, como la merluza. En su opinión, se podrían aprovechar partes como las vísceras, que poseen «componentes biofuncionales para su aplicación en farmacéuticas».
El melgacho es abundante en el Atlántico nororiental y Mediterráneo y descartada casi al 100 % en determinadas pesquerías, obviando las distintas opciones que la biotecnología ofrece para su aprovechamiento.
El objetivo general de la investigación era obtener los distintos componentes presentes en distintas fracciones de la pintarroja. Por una parte, como herramienta que permita al sector pesquero hacer frente a los costes de gestión que supone traer a tierra especies que antes se descartaban. Por otra parte, como medida para fomentar el pleno aprovechamiento de las capturas, requisito indispensable, según la FAO, para cubrir las futuras demandas mundiales de productos de la pesca.
Más valor a los subproductos
María Blanco Comesaña es licenciada en Biología y cuenta con un posgrado en Consultoría Ambiental por la Universidad de Santiago. En el 2006 se incorporó al Instituto de Investigacións Mariñas para posteriormente realizar su tesis en el Grupo de Bioquímica de los Alimentos, con la que obtuvo recientemente el título de doctora. Sus investigaciones se centran en el estudio de las posibilidades de aprovechamiento de diversos tipos de materia prima procedente de biomasa marina desaprovechada o utilizada para harinas y otros subproductos de escaso valor.
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