Sara Carreira / la voz, 24 de febrero de 2016.
¿Qué debe tener una ciudad para ser la mejor para vivir? ¿Espacios naturales, cultura, grandes restaurantes?, ¿mucha vida social, conexiones aéreas internacionales y kilómetros de carril-bici? ¿o abonos de transporte, un entorno seguro, viviendas asequibles? Depende de qué entidad haga el ránking de mejores ciudades se valorará una cosa u otra, o todas, aunque al final los nombres son siempre los mismos: ciudades medias de Centroeuropa como referencia y escalando posiciones urbes de tamaño también asequible en Australia, Canadá y Nueva Zelanda, seguras y que ponen el acento en la sostenibilidad.
Ayer se dio a conocer la nueva edición del ránking de Mercer, una consultoría de recursos humanos que lleva 18 años diciéndole a los gobiernos y grandes multinacionales qué compensación tienen que pagar a sus empleados expatriados según el lugar adónde los envíen. Algo tan prosaico como las relaciones laborales y el plus de movilización es la base de este listado, que se considera uno de los más influyentes del mundo.
El informe Mercer analiza 440 ciudades de todo el mundo, y hace un ránking con las 230 primeras. Estudia 39 factores agrupados en diez temas: entorno social y político; entorno económico; entorno socio-cultural, consideraciones médicas y de salud; colegios y educación; servicios públicos y transportes; ocio; bienes de consumo; alojamiento; y entorno natural.
Viena, en la cumbre
Según Mercer, Viena es la mejor ciudad para vivir, y aunque el top ten incluye siete localidades europeas, asoman otras lejanas comoAuckland (Nueva Zelanda), Vancouver (Canadá) y Sídney (Australia). Nada de grandes metrópolis, ni siquiera Nueva York, que se tiene que conformar con un olvidado puesto 44, entre Barcelona (39.º) y Madrid (52.º).
Otro ránking de corte financiero es el de The Economist Intelligence Unit (EIU), que es la unidad de negocios del grupo mediático inglés The Economist (editor de la prestigiosa revista del mismo nombre). Este listado repite las calificaciones de Mercer, aunque con más peso de Oceanía y Canadá: Melbourne (Australia) es la número uno y le siguen la vieja Viena, y las canadienses Vancouver, Toronto y Calgary. El listado califica las ciudades a través de cien parámetros sobre educación, estabilidad, cultura, medio ambiente, infraestructura o asistencia sanitaria. Los analistas apuntan que el éxito se da en ciudades de tamaño medio en países ricos con poca densidad de población, y de ahí el éxito de Australia y Canadá.
Madrid y Barcelona, bien
Mas elegante es el listado de Monocle, la revista de negocios y diseño que marca el ritmo entre los ejecutivos globales con ansias de ser the coolest. Creada en el 2006 por Tyler Brulé (padre de Wallpaper y deWire), valora en una ciudad el número de rutas aéreas internacionales, sus desplazamientos en bicicleta, el coste de una buena comida, el número de bibliotecas públicas y el abono de transporte. Para resumir su apuesta, solo un apunte: del 15 al 17 de abril organiza un encuentro sobre cómo hacer de una ciudad un sitio agradable para vivir y lo celebra en Viena. Monocle coloca a Madrid en el puesto 16.º y a Barcelona en el 24.º
Pero no todo es sofisticación y dinero. Hay otra valoración de las ciudades, la que hace Numbeo, la mayor base de datos sobre urbes del mundo. Analiza el coste de productos básicos, el poder adquisitivo medio, el precio de la vivienda, la contaminación, las tasas de criminalidad, el nivel del sistema de salud y las infraestructuras de transporte. Y gana Australia con Camberra, Brisbane y Adelaidaen un top ten que encabeza Zúrich. Según Numbeo, Madrid ocupa el puesto 48.º del mundo y Barcelona, el 50.
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