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martes, 30 de agosto de 2016

Los halógenos se despiden: el futuro estará iluminado por bombillas led

Desde el 1 de septiembre dejarán de fabricarse en la Unión Europea
Pilar Grela / LA VOZ, 30/08/2016
Las luces halógenas que iluminan muchos hogares se despedirán este jueves, 1 de septiembre, al ponerse en marcha un plan de la Unión Europea que pretende sustituir este tipo de alumbrado por tecnología led, lo que permitirá un ahorro equivalente al consumo energético anual de Portugal. El jueves dejarán de fabricarse este tipo de luminarias en toda la UE y comenzará su progresiva retirada hasta el 2018, que dejarán de fabricarse y de venderse definitivamente.
«A UE busca eliminar as lámpadas que consumen máis enerxía eléctrica ca outras para producir a mesma cantidade de luz», explicó Salvador Bará, catedrático de Óptica en la Universidad de Santiago. Y es que no todas las bombillas consumen los mismos vatios para iluminar con una intensidad determinada. Mientras que una incandescente necesita 40 vatios para obtener 400 lúmenes, a una led solo le hacen falta 8.
Formas de producir luz
La OCU certificó que la tecnología led supera a la halógena en términos de calidad, eficiencia energética y durabilidad, y esto se debe a la forma de alumbrar de cada una. «Las bombillas halógenas siguen el mismo principio que las bombillas de incandescencia tradicionales que fueron eliminadas en el 2012», señaló Humberto Michinel, director del grupo de investigación Óptica Física del campus de Ourense. «Neste tipo de lámpadas, a corrente eléctrica pasa por un filamento que, ao quencer, emite luz», dijo Bará, para aclarar cómo parte de la energía se pierde, en este caso, en la producción de calor. «Las bombillas fluorescentes o de bajo consumo y las led funcionan de forma similar, mediante unos elementos llamados fósforos que absorben luz violeta y la reemiten como blanca, por lo que destinan toda la energía a producir luz, y eso hace que consuman menos», prosiguió Michinel
¿Por qué led?
Una vez eliminados los halógenos, las similitudes entre el funcionamiento de las luces led y las de bajo consumo parecen equiparar su eficiencia. Sin embargo, el led permite miniaturizar y compactar el servicio que ofrecen los fluorescentes, además de facilitar el control de la luz. Esto se debe a que, mientras que en las primeras la luz violeta es producida por pequeños chips led de alta eficiencia, en las fluorescentes una corriente eléctrica atraviesa un gas y lo hace brillar, y ese gas suele ser mercurio, famoso por su toxicidad. «Las luces fluorescentes tienen que ser grandes para dejar espacio al gas e iluminar lo suficiente, son frágiles y son difíciles de reciclar por su contenido, pero el led no presenta estos problemas», explicó Michinel, que considera que el futuro está en este tipo de tecnología.
Además de estas, el led presenta otras ventajas sobre las bombillas de bajo consumo, como su iluminación instantánea o su mayor resistencia a encendidos y apagados, que lo hacen adecuado incluso para alumbrar zonas de tránsito en los hogares, como baños o pasillos. Sin embargo, Bará advierte que «a gama de cores que contén o espectro de cada familia de lámpadas é diferente e, dependendo da aplicación, o das fluorescentes pode ser máis axeitado có das led». A pesar de esto, la trayectoria evolutiva de la eficiencia de la nueva tecnología parece indicar que acabará por superar también a las luces de bajo consumo en este aspecto.
Un cambio progresivo
Desde septiembre y hasta el 2018 se eliminarán primero los focos halógenos y luego las bombillas y, aunque a partir de estas fechas dejarán de fabricarse estos productos, las tiendas podrán seguir comercializando las existencias que tengan de la mercancía.
Junto con la adaptación del consumidor, el motivo de prolongar la inevitable desaparición de los halógenos es el de integrar a los empleados de plantas de fabricación de estas bombillas en otras líneas de producción, puesto que la medida supondrá la pérdida de 6.800 puestos de trabajo.
La iluminación representa en torno al 18 % de la energía consumida en los hogares, y al 30 % en oficinas. Sin embargo, la elección de las bombillas adecuadas ahorraría entre el 20 % y el 80 %. Para identificarlas, conviene conocer ciertos aspectos.
Espectro luminoso
Un color de luz para cada situación. Los halógenos emiten una luz más cálida y amarillenta derivada del mecanismo de incandescencia, mientras que los fluorescentes y los led presentan un espectro más amplio que incluye también temperaturas de color frías o blancas. Estas últimas son más adecuadas para favorecer la concentración, por lo que son ideales para estudiar o iluminar un quirófano. Las luces cálidas son las indicadas para el alumbrado de las calles, ya que «son máis semellantes ás da natureza nas horas de solpor», indicó Bará.
Eficiencia energética
La misma intensidad por menos dinero. Las luces led son las que menos vatios gastan para producir la misma iluminación que su competencia, por lo que podemos decir que «consumen menos». También tienen la mayor vida útil del mercado, unos treinta años.
Ángulo de apertura
Cuestión de focalización. Cuanto más pequeño sea el ángulo, más se centra la atención. Para iluminar una habitación se recomienda una apertura de 120º.
El buen uso de la luz reduciría las emisiones de CO2
Desde su llegada al mercado, sucesivas innovaciones hicieron que la tecnología led superase en diferentes campos a su competencia. Aunque su constante evolución y su relación calidad-precio pusieron en evidencia a las bombillas de toda la vida, nuevas vías de investigación relacionadas con estas luces se abren paso constantemente. «Una de ellas es la de diseñar un espectro adecuado a cada circunstancia», comentó Michinel, y añadió que la investigación actual también se focaliza en «mejorar aún más la eficiencia de estas bombillas, en especial estudiando cómo extraer la mayor cantidad de luz posible del chip». Bará, sin embargo, considera necesario incidir en aspectos como «as repercusións negativas do espectro led no medio ambiente e nas persoas», así como «o deslumbramento superior ao das lámpadas convencionais», que pueden corregirse con facilidad siempre que la instalación del alumbrado sea la correcta.
Bará también alertó sobre el abuso de las luces led. «Se as utilizamos para producir a mesma cantidade de luz que antes produciamos con lámpadas menos eficientes, podemos reducir as emisións de COz, pero se aumentamos a enerxía luminosa que usamos, o resultado pode ser un maior consumo», explicó para ilustrar con un ejemplo el «efecto rebote».

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