Xosé Carreira / LA VOZ 19/08/2016
Carlos Castro |
Hay negocios cuyos responsables están hartos de que un día sí y otro también les «choriceen». En los que funcionan a deshora, los hurtos son algo muy cotidiano y, parece que no muy fácil de evitar porque las cámaras ya no disuaden a algunos ladrones. En una farmacia de Lugo optaron por el método de «colgar» en la puerta la foto del hombre que supuestamente les llevó algún producto y marchó sin pagar. La imagen, obtenida después de la revisión minuciosa de las grabaciones de seguridad, no pasa desapercibida ni para los clientes, ni tampoco para muchos viandantes que transitan por la avenida de Ramón Ferreiro reparan en el cartel pegado en la puerta.
Todo apunta a que la medida fue adoptada por los responsables del establecimiento para advertir a los ciudadanos de lo que está sucediendo y que se queden con la imagen de quien, supuestamente, sustrajo algún artículo del local. Ayer no fue posible obtener la versión de la titular de la farmacia porque, dijeron en la misma, no estaría disponible hasta la semana que viene.
La captura de la grabación ofrece muchos datos, pero el principal es la imagen del hombre, vistiendo un pantalón vaquero corto; con camiseta o polo de manga corta. Lleva en la mano un paquete que podría ser algún producto que no pasó por caja, aunque este detalle tampoco pudo ser confirmado ayer porque empleados que fueron consultados remitieron, para la obtención de información, a la titular del establecimiento.
El hecho ocurrió rondando las once y media de la noche del pasado lunes, una jornada en la que la presencia de público en la calle a esa hora era muy escasa, lo mismo que de clientes. La cámara número cinco fue la que captó la imagen expuesta en la puerta del establecimiento.
La farmacia está abierta al público las veinticuatro horas. Es, sin duda, referencia en la ciudad y prueba de ello es que prácticamente hay clientes a todas horas. A partir de las primeras horas de la madrugada, el establecimiento no permite el acceso de personas y los clientes han de hacer los pedidos a través del dispensador de medicamentos habilitado en una de las puertas. Este es el sistema que siguen las farmacias de guardia. Algunas advierten, mediante carteles, que durante la guardia únicamente dispensan medicamentos con receta médica, no otro tipo de productos.
La de Ramón Ferreiro es una de las farmacias de la ciudad que abre permanentemente. Varios colegios oficiales de farmacéuticos de España estudian posibles reestructuraciones de las guardias porque hay titulares de establecimientos que aducen que apenas hay clientes, especialmente en ciudades pequeñas.
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