V. R, S. C / la voz, 04 de agosto de 2016.
CARLOS RUEDA |
Una compañía privada californiana, Moon Express, ha obtenido el visto bueno de la Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos para llevar a la Luna un robot que se sitúe sobre la superficie del satélite e incluso se mueva a saltos por la misma. MX-1E, que es como se ha bautizado la misión, comenzará a mediados del próximo año, y cuenta con un doble objetivo: por un lado busca poder transportar objetos de la Tierra, como cenizas humanas, y cosechar, mantener y recolectar los recursos que se encuentran en la Luna.
Hasta ahora, no estaba permitido que empresas privadas pudiesen viajar más allá de la órbita terrestre llegando a la superficie lunar. Tan solo los gobiernos habían podido desarrollar misiones sobrepasando estos límites.
De hecho, esta es la primera vez que las autoridades estadounidenses interpretan y otorgan un marco legal al Tratado del Espacio Exterior. El acuerdo internacional asegura que un requisito indispensable será que las actividades que se realicen por empresas privadas en el espacio exterior, incluida la Luna y también otros cuerpos celestes, necesitarán, aparte de la autorización, continua supervisión de los Estados que forman parte de este tratado. «Que el Gobierno estadounidense haya aprobado esta misión supone abrir el camino hacia una nueva actividad comercial en el espacio», señaló Bob Richards, presidente de Moon Express. Sin embargo, ya desde el 2010 se estaba trabajando en este proyecto para poder ganar el concurso Google Lunar X Prize, en el cual se ofrecen más de 25 millones de euros a la primera empresa que sea capaz de aterrizar un robot en la superficie de la Luna.
Pero estos no son los únicos planes privados fuera de la órbita terrestre: el magnate Elon Musk quiere realizar en el 2018 una misión en Marte, lo que probablemente suponga un nuevo dilema legal en materia del Tratado del Espacio Exterior. Además, otras compañías ya se encuentran trabajando en la planificación de viajes a asteroides para extraer minerales o creando vehículos capaces de renovar o reparar satélites. Todo esto se conoce cuando China anunció ayer que su robot Yutu, o Conejo de Jade, ha dejado de funcionar tras tres años de exploraciones lunares acompañadas de numerosos problemas técnicos.
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