Varios niños británicos de hasta siete años han firmado para ser congelados tras su muerte

Tras el caso de la adolescente de 14 que consiguió la autorización del Tribunal Supremo, el Ministerio de Salud británico ha puesto en marcha una revisión de las regulaciones sobre la criogenización

Rita Alvarez Tudela / E. LA VOZ, 21/11/2016

CRYIONICS INSTITUTE/HANDOUT | EFE

Niños británicos de hasta siete años han firmado para ser congelados después de su muerte, según la asociación Cryonics UK. Siguen así los pasos de la adolescente de 14 años que consiguió la autorización del Tribunal Supremo londinense para ser criogenizada con la esperanza de ser revivida en un futuro con los avances de la ciencia. En pleno debate ético y profesional sobre la criogenización, la organización que prepara los cuerpos para el almacenamiento a menos de -130 grados en Estados Unidos ante la falta de centros de este tipo en Reino Unido, aseguró ayer que entre su lista de miembros hay al menos cinco niños.

Operando como una organización benéfica, uno de los miembros de su comité, Tim Gibson, de 45 años y sin formación científica ni médica, comentó ayer que no hay límite de edad para que los menores de edad opten por ser congelados tras su fallecimiento y certificó que el coste del procedimiento es de alrededor de 45.000 libras, unos 57.000 euros. Ante la polémica causada tras la publicación del caso de la niña de 14 años, el Ministerio de Salud británico ha puesto en marcha una revisión de las regulaciones sobre la criogenización. 

El cuerpo de J. S., iniciales de la niña cuya identidad no se puede revelar, se encuentra en una instalación cerca de la ciudad estadounidense de Detroit, donde le fue asignado el número 143 del total de 145 cadáveres que se encuentran allí. «Aproximadamente entre 15 y 20 de las personas que tenemos aquí son británicas», explicó Dennis Kowalski, presidente del Instituto de Criogenización de Míchigan. «La niña está tan bien como se puede esperar en estos casos», añadió, reconociendo que en total hay unas 1.400 personas de todo el mundo interesadas en sus procedimientos de preservación, por lo que pronto tendrán que encontrar unas instalaciones más grandes.

Sus servicios no incluyen solo seres humanos, sino que también preserva cien gatos y perros, así como otras mascotas cuyos dueños esperan que algún día vuelvan a la vida.

Así fue el traslado: De una ambulancia a una furgoneta por fallos mecánicos

Desde el hospital londinense donde falleció la joven afirman que el equipo que llegó para preparar el cuerpo «no contaba con protección y estaba desorganizado». De hecho, la ambulancia que debía llevar su cuerpo en la primera etapa del traslado tuvo problemas mecánicos y acabó siendo transportada en la parte de atrás de la furgoneta de un voluntario de la asociación Cryonics UK. Gibson defiende que todos los procedimientos se llevaron a cabo de acuerdo con la ley y siguiendo los protocolos requeridos.