R. Romar / LA VOZ, 08/11/2016
Si hace casi un año se cerró en París un acuerdo histórico para luchar contra el cambio climático, ahora queda todavía un intenso trabajo por delante para apuntalar la letra pequeña y empezar a materializar los compromisos adquiridos. Y esta será una de las funciones de la Cumbre del Climainaugurada ayer en Marrakech. A diferencia de otras ocasiones, el optimismo es la nota dominante y es muy probable que no haya que esperar al último día, con prórroga incluida al cabo de dos semanas, para llegar a un compromiso que permita avanzar y concretar medidas. Pero tampoco será fácil.
El principal escollo pasa por dar forma con acuerdos al Fondo Verde para el Clima, que prevé una inversión de 100.000 millones de dólares anuales -90.500 millones de euros- a partir del 2020 para ayudar a los países menos desarrollados a hacer frente a los impactos del cambio climático y para contribuir a mitigarlos. De Marrakech es posible que salgan avances, pero no será algo definitivo, porque depende de las aportaciones que tendrán que hacer los países ricos.
Otro embrollo no menor será el de cómo ajustar los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero aportados por los distintos países para cumplir el pacto de París de que el incremento de la temperatura del planeta esté muy por debajo de los dos grados de aquí a fin de siglo co respecto a los valores preindustriales, con el objetivo puesto en 1,5 grados. Las contribuciones entregadas hasta el momento en la ONU son muy insuficientes, ya que con las reducciones propuestas la temperatura se elevaría hasta los tres grados.
Al margen de estos contratiempos, la inauguración de la cumbre, como suele ser habitual, se realizó ayer entre discursos grandilocuentes. Como el de la ministra francesa de Medio Ambiente y presidenta de la anterior conferencia, Royal, que apeló a la justicia climática. «Los países ricos viven como si hubiera habido tres planetas, pero los pobres lo hacen como si ya no hubiera más», se lamentó. «Pido justicia climática para África -añadió-, porque el cambio climático en este país es el más cruel e injusto». «Marrakech es el momento de hacer avanzar la acción climática», destacó Patricia Espinosa, secretaria de la convención de la ONU.
Marcha ciclista para reclamar medidas firmes
Un equipo de 50 profesionales pertenecientes a distintas empresas, instituciones y organizaciones comprometidas con la lucha contra el cambio climático iniciaron ayer en Sevilla una marcha ciclista de más de 1.100 kilómetros con destino a Marrakech para reclamar compromisos firmes en la cumbre climática. Entre ellos estará Xabier Labandeira, catedrático de la Universidade de Vigo.
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