Hablábamos recientemente en esta web sobre unos consejos para hacer nuestras contraseñas más seguras debido al constante robo de cuentas producido en parte a la poca seguridad que empleamos en éstas. Y puede que sea precisamente la preocupación por mejorar esta seguridad que los responsables de privacidad de varias empresas estén elaborando ideas alternativas a lo que viene siendo la contraseña tradicional.
Así pues, el reconocimiento facial resulta ser una posibilidad con bastante potencial ya que hoy en día casi cualquier smartphone –incluso el más barato y asequible– presenta una cámara delantera de buena calidad o un sensor medianamente bueno para sacar fotografías lo suficientemente bien iluminadas.
Vayamos a donde vayamos veremos a personas tomándose selfies bien con su comida bien con sus amigos. Y es que este acto tan cotidiano que realizamos de forma natural tantas veces al día puede llegar a tener una repercusión más allá de lo nunca imaginado. Como leíamos en la web de El Mundo, ya hay varias empresas tecnológicas que se han sumado a esta moda del selfie. Sin ir más lejos, ya Android cuenta en sus nuevos smartphones con tecnología del reconocimiento facial para desbloquear la pantalla y Microsoft hace algo parecido mediante Hello para desbloquear sus ordenadores.
Y es que esta idea tan revolucionaria no es nada futurista para empresas como Uber, la cual ya lo utiliza con sus usuarios para garantizar y hacer más seguro el pago vía smartphone, o para organismos como en el Departamento de Hacienda de Alabama (EEUU) que lo utiliza como método fiable para saber quién realiza el trámite. Mastercar es otro ejemplo de compañía que permite hacer pagos mediante fotos.
Todo tiene un pero
La información que surge de usar una parte de nuestro cuerpo para identificarnos se llama datos biométricos, y por muy práctica que resulte a simple vista tiene un inconveniente. Si bien una contraseña podrá siempre cambiarse si sospechamos que ésta se encuentra en el poder de un tercero, una cara o una huella dactilar no. Es por eso que si un hacker accede a alguna de esas dos últimas, no habría marcha atrás.
No obstante, parece ser que las compañías están acogiendo esta idea con bastante agrado, así que no es de extrañar que en unos años no tengamos que memorizar casi ninguna contraseña, bastará con hacernos –una vez más– un selfie.
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