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lunes, 28 de noviembre de 2016

El maravilloso huerto de Matías

MIGUEL SOUTO
Con siete años convirtió un espacio urbano delante de su casa en Lalín en un vergel
Rocío Ramos / LA VOZ, 28/11/2016
Miguel Souto
Matías Taboada Montoto tiene solo siete años, aunque oyéndolo hablar uno diría que tiene muchos más. Pese a su corta edad tiene clara su vocación. De mayor quiere ser agricultor. Y no lo dice por decir porque ya tiene experiencia en la materia. Frente a la parrillada de sus padres en Lalín, aprovechó un trozo de verde, un espacio entre la acera y la carretera, para convertirlo en particular huerto urbano.
Cuenta Pili, su madre, que «o que planta nácelle, ten moi boa man». En verano, de las semillas de girasol que sembró salieron unas hermosas plantas que dieron unas pipas de las que dio buena cuenta. Cuando uno le pregunta qué hará en el futuro no se lo piensa un segundo y exclama aquello de «yo de mayor quiero ser agricultor».
Sus mentores en esto de la agricultura fueron sus abuelos Carmen y Victorino, Pili y Justo. Explica que «yo veía lo que hacían y como iban trabajando en cada estación y yo hago lo mismo». Para Matías su huerto más que un juego es una pasión. Lleva desde mayo con los cultivos. En su aventura embarcó también a un vecino de enfrente, a José Ramón Santiso Barreira que le ayuda con los trabajos a diario. Planta berzas, repollos, nabizas, maíz, calabazas, nabos. brócoli. Los vecinos están admirados de la iniciativa de los chavales.
Ahora tocan cultivos de invierno, pero Matías tiene muy clara la planificación anual. El huerto está al lado del restaurante de sus padres en la rúa Ponte, un vial de salida y entrada a Lalín con mucho tráfico. Frente al huerto hay un paso de peatones y no son pocos los conductores que al circular por la zona descubren con sorpresa el céntrico vergel de cultivos de Matías y el aprovechamiento singular de este espacio que antes solo tenía césped.
Lo céntrico del huerto hizo que Matías ya se llevase algún susto con sus cosechas. Cuenta que «una vez pasaron unas señoras andando y se querían llevar las cosas pero mi tía las vio por la ventana» y les advirtió de que la producción tenía dueño. Además de su mano con las plantas, Matías, que cursa segundo de Primaria en el colegio Xesús Golmar de Lalín, es el niño que quisieran muchos padres. Y es que además de trabajar en el huerto, surtir con sus productos a la familia y adorar la verdura, lo segundo que más le gusta es realizar las tareas de casa.
Poner la lavadora
Al preguntarle qué labores prefiere se lanza a enumerar con pasión todo tipo de trabajos. Una larga lista que incluye «pasar la fregona, poner la lavadora, tender la ropa..». Por si fuera poco, su plato preferido son las verduras. Su buen hacer tendrá pronto premio porque sus padres están construyéndole un pequeño invernadero detrás de la casa para que pueda cultivar sin miedo a las heladas. Matías explica emocionado que también contará con un pequeño corral para unas gallinas y dos gatos. Cuando su madre replica a lo último con un «veremos», él está convencido de que lo conseguirá. Y es que no hay quien se resista a la sonrisa de Matías. Tesón no le falta.
Plato preferido. Como buen agricultor a Matías le gusta lo que cosecha. Lo que más, las verduras de todo tipo que forman parte de sus platos preferidos. Con ellas añade, se hace el caldo y el cocido, ¡qué está buenísimo!, exclama. Y es siendo de Lalín, no podía ser menos. El cocido que no falte.

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