El oso más triste del mundo

Más de 300.000 personas han apoyado ya la liberación de «Pizza», el oso polar que sirve de reclamo en una tienda del sur de China

NOVO / VdG, 20 julio 2016

Una campaña de la asociación Animals Asia ha destapado la trágica situación en la que vive Pizza, un oso polar encerrado en un centro comercial de Guanghzou. El animal, empleado como gancho para atraer a la clientela, reside en un espacio reducido en el que sufre constantemente el acoso del público, que se saca selfies y golpea el cristal para llamar su atención. Su prisión, el Grandview Aquarium, donde también se encuentran cautivas criaturas como lobos árticos, ballenas belugas o morsas, se enfrenta ahora a una petición de cierre, una solicitud que ya han apoyado más de 300.000 personas. 

«Sacar a los animales de su entorno natural es algo que no puede defenderse, pero la peor situación posible es cuando viven en las condiciones que estamos viendo en el acuario de Grandview», declara la asociación, que afirma que el local muestra una irresponsable despreocupación por el bienestar del animal: «Ningún lugar para esconderse de las personas que sacan fotos, gritan y golpean las ventanas. Nada natural, ningún intento de crear un ambiente que satisfaga las necesidades de cualquier oso».

En su intento por liberar a Pizza, ciudadanos y activistas se han unido en la denuncia del que ya se conoce como «el oso más triste del mundo». Con vídeos e imágenes que muestran su enfermizo aspecto y su evidente desdicha, la asociación Animals Asia ha intentado desvelar las deplorables condiciones en las que vive, pidiendo, no solo el cierre de la tienda, sino también el boicot del centro comercial en la que ésta se encuentra. 

Por su parte, y ante las críticas generadas por el caso de Pizza, el subdirector del acuario, Li Chengtang, aseguró que el animal era «muy feliz» en el acuario, aunque añadió que trataría de conseguir «una mejor vida para sus animales».

El establecimiento, que ya ha sido denunciado por maltrato en varias ocasiones, es uno de los muchos parques de atracciones de China, una industria en auge para la que se abrirán al menos otra media docena de locales más en los próximos años.