El número de bultos permitidos en cabina y su volumen depende de la compañía aérea
Pilar Grela, J.A. / la voz, 17 de julio de 2016.
Empaquetar lo necesario para pasar unos días fuera de casa parece una tarea sencilla, pero cuando se trata de viajar en avión entran en juego las reglas marcadas por las compañías aéreas, que limitan el tamaño y el peso de las maletas de sus pasajeros. Sin embargo, esto no tiene porqué ser una sorpresa desagradable, puesto que las aerolíneas aclaran estas cuestiones en el momento de la compra del billete, tanto en lo relativo al equipaje facturado como al equipaje de cabina.
Equipaje de cabina y de bodega
Por lo general, se puede transportar una maleta como equipaje de mano que, en caso de duda, no debe exceder las dimensiones marcadas por las aerolíneas más restrictivas, 55 x 35 x 25 centímetros. Algunas compañías permiten añadir un bulto más, como un bolso o una mochila, y los pasajeros que lo necesiten pueden llevar desde muletas o bastones hasta cunas para bebés, pero todo esto puede variar en función de la aerolínea.
Con respecto a la facturación de maletas para su transporte en bodega, es importante recordar que las compañías de bajo coste, cuyo precio reducido deriva de proporcionar un menor nivel de atención al pasajero, no suelen incluir este servicio en el precio del billete, por lo que si se desea llevar más equipaje del permitido en cabina conviene conocer las opciones que ofrece cada aerolínea. En muchos casos, el solicitar por Internet el traslado de equipaje de bodega, en lugar de hacerlo una vez se esté en el aeropuerto, puede suponer un ahorro de en torno al 50%. También hay que tener cuidado para no exceder el peso permitido, pues hacerlo supone un cargo extra que ronda los 80 euros en la mayor parte de las compañías, o incluso la obligación de prescindir del equipaje si este supera el máximo peso adicional permitido.
Facturar el equipaje de mano
Aunque no es lo habitual, existe la posibilidad de que, a pesar de tener el equipaje de mano en regla, y una vez pasados los controles, en el momento de embarcar nos indiquen que debemos facturarlo, pero esto no supondrá un coste extra para el pasajero, sino que será un servicio gratuito debido a que, cuando un avión está completo, el espacio en cabina es insuficiente para albergar las pertenencias de todos los viajeros. De hecho, al contrario de lo que se cree, el espacio situado sobre el asiento de un pasajero no tiene porqué estar destinado a albergar sus maletas en concreto, sino que este espacio se llena por riguroso orden de llegada. Por lo tanto, es recomendable embarcar a una hora prudente para evitarse la molestia de tener que facturar un equipaje que esperábamos poder llevar con nosotros.
La maleta más segura
Respecto a la maleta escogida, los trabajadores que las manipulan tienen claro que más que dura o rígida, debe ser resistente. Además, Lucía Taboada, azafata, recomienda «no utilizar candados, pues en algunos destinos este es motivo de forzar el cierre y abrir la maleta para comprobar que su contenido sea seguro antes de subirla al avión».
Equipajes especiales
Por otro lado, en función del motivo del viaje, puede darse el caso de que sea necesario transportar objetos poco habituales, tanto dentro de una maleta como fuera de ella. Ante esta situación, cada aerolínea ofrece una serie de posibilidades que, detalladas en sus respectivas páginas web, indican cuál es el proceso a seguir para transportar bicicletas, colchones, diversos equipos deportivos, sillas de ruedas o incluso armas. El transportar cualquiera de estos equipajes no suele estar incluído en el precio, aun cuando el peso o las medidas no excedan los máximos permitidos, pero la mejor forma de asegurarse es consultarlo con la aerolínea con la que se viaja.
Líquidos y cremas a bordo
Otra normativa que conviene recordar es la del transporte de líquidos y cremas en el equipaje de cabina, que es común para toda Europa. Según lo estipulado, se permite transportar hasta un litro, siempre y cuando esté repartido en recipientes individuales de cien mililitros. Hay que tener cuidado con los recipientes de mayor tamaño, pues aunque su contenido sea inferior o igual a cien mililitros, lo importante, según la normativa, es el envase, y de no respetar la capacidad pautada sería retirado del equipaje del pasajero sin posibilidad de recuperarlo.
Sin embargo, se hacen excepciones a esta norma si así lo requiere la salud de un pasajero, que deberá asimismo llevar la documentación que lo confirme, o si el recipiente ha sido adquirido en el aeropuerto una vez atravesado el arco de seguridad, pues habrá pasado los controles pertinentes.
Maletas facturadas y perdidas
Es importante confiar en la aerolínea responsable del vuelo para tratar nuestras pertenencias y, aunque los equipajes extraviados son una excepción, Agustín Vázquez, de Viajes Rai, recomienda «repartir la ropa entre las maletas de los compañeros de viaje para que todos tengan una muda si alguna no llegase a su destino».
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