Xunta y Concello se reúnen con la empresa de arqueólogos y el experto Antón Castro
J. V. Lado / La Voz, 17 de julio de 2016.
XESÚS BÚA |
La situación de la Pedra de Abalar va camino de convertirse en el cuento de nunca acabar en Muxía, donde dos años y medio después de que la fracturase un temporal en enero del 2014, ni se ha solucionado el problema de la pérdida de su característico movimiento oscilante y ni siquiera se le ha dado un tratamiento adecuado al fragmento desprendido. Sin embargo, tras muchos meses de espera y una actuación de la empresa Terra Arqueos que no ha dado todos los resultados que se deseaban, parece que empieza a verse la luz al final del túnel.
El miércoles a las 10.00 horas en los edificios administrativos de San Caetano, en Santiago, está previsto que se reúna la directora xeral de Patrimonio, María del Carmen Martínez Insua, y otros especialistas de su departamento con los responsables de Terra Arqueos y el alcalde de Muxía, Félix Porto, que ha invitado también al profesor de Arte muxián, Antón Castro, quien estudió durante años las piedras sagradas de la localidad.
El punto central en discusión respecto a la propia roca es que mientras el arqueólogo y restaurador soriano Miguel Ángel López Marcos asegura que han dejado la mole de más de 70 toneladas en el lugar que ocupaba antes de los temporales, Antón Castro, en base a sus propias mediciones y comprobaciones sobre el lugar, dice que no es así.
Al margen de este asunto, de solución compleja y que tampoco garantiza que la roca vuelva a oscilar aunque se mueve de sitio, queda todavía pendiente de acometer el tratamiento que se le va a dar al fragmento separado, de 3,6 toneladas y que está poco menos que tirado sobre unos trancos de madera en el atrio de la ermita.
El regidor, que finalmente consiguió hablar esta semana con la directora xeral después de muchos intentos fallidos que llegaron incluso a desesperarlo, confía en que al menos se le dé una pronta respuesta a esta segunda cuestión, de tipo menor en relación con la principal.
Aquí la idea es exhibir el trozo en el propio atrio pero con una disposición más cuidada y un panel informativo que hable de la historia y de los accidentes sufridos a lo largo de los últimos decenios. Un trabajo que se presumía inminente y que tampoco acaba de concretarse.
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