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domingo, 3 de julio de 2016

Sologas completa el proceso de tratamiento de los residuos de Fandicosta, que irán al vertedero

La planta del polígono de As Somozas recibió en dos semanas 6.840 toneladas de pescado y marisco hediondo
Ana F. Cubaas / LA VOZ, 03 de julio de 2016. 
Apenas un año después de su entrada en funcionamiento, la planta de Sologas, ubicada en el polígono industrial de As Somozas, afrontó «una emergencia sanitaria que permitió testar la capacidad técnica, los equipos, el funcionamiento de la instalación y la operativa del personal», constata Ramón Blanco, director. Y es que entre el 16 y el 31 de mayo, el centro recibió 6.840,61 toneladas de residuos procedentes de Fandicosta, la empresa frigorífica de Domaio (Moaña) que se incendió el 9 de mayo, destruyendo pescado y marisco congelado. Aquellos desechos fueron trasladados en camiones con remolque estanco y depositados en las naves de la firma Sologas. El 13 de junio llegó una última bañera con restos de las barreduras.
El insoportable hedor de aquellos días, que persiste en las inmediaciones de la planta y en lugares más alejados, en función de cómo sople el viento, provenía de los restos de langostinos, chocos, merluza o atún, un tipo de residuo denominado sandach, «subproductos animales no destinados al consumo humano (...), de mataderos, conserveras y granjas [purines]». En este caso se trata de sandach de categoría 2, de riesgo intermedio entre el 1 y el 3. «Primero se hizo la segregación de impropios, metales y plásticos de gran tamaño, y el resto del material se trituró para reducir el volumen y facilitar el contacto de la materia orgánica con el aire», explica el director. 
De las zonas de descarga, el material se trasladó con palas excavadoras a las 12 trincheras de la planta de compostaje y se mezcló con una sustancia estructurante (biomasa forestal de baja calidad) para compensar la elevada cantidad de agua, sobre todo en los residuos que recibieron la segunda semana, por la descongelación. En estas zanjas se inyectó aire para conseguir elevar la temperatura hasta los 70 grados, al menos durante una hora, necesario para el proceso de higienización, como indica Blanco.
En la masa resultante se distinguen únicamente restos de plásticos (el envoltorio que llevaba el pescado y el marisco). El vapor que genera desprende un olor por momentos nauseabundo. «Ya está todo procesado», aseguraba el director de Sologas hace unos días. De las trincheras, el compost (unas 10.000 toneladas, por el material estructurante añadido) saldrá hacia vertederos autorizados por la Xunta para su depósito, por indicación de la propia Administración autonómica, «para evitar que las dioxinas y los furanos emitidos durante el incendio, cualquier elemento contaminante, puedan volver a la cadena trófica», recalca Blanco. En principio, Xilo Galicia, en el propio polígono de As Somozas, y Sertego, en Santiago, han aceptado que estos residuos se viertan en sus instalaciones.
El Gobierno gallego ha exigido, a través de los departamentos de Sanidade e Medio Ambiente, «llevar la perfecta trazabilidad del residuo», para garantizar el control de todo el proceso, desde la salida de las naves de Fandicosta hasta su inminente depósito en el vertedero. «Nos pidieron la máxima celeridad y reorganizamos los turnos de trabajo para dar cobertura 24 horas al día. Se hizo de forma rápida y eficiente», subraya Blanco. Sologas tiene en funcionamiento las plantas de compostaje y biogás y no tardará en poner en marcha las de tratamiento físico químico y evaporación, que servirán para la depuración tanto de residuos peligrosos como no peligrosos.

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