R. Romar / La Voz, 14 de octubre de 2015.
Un eucalipto sano, de rápido crecimiento y que ofrezca una producción de madera mayor que la media. La empresa Foresta Mantenimiento de Plantaciones logró seleccionar dos ejemplares de la especie comercialEucaliptus globulus que cumplían con estos requisitos, pero se encontró con un problema inesperado: funcionaban muy bien in vitro, pero luego no enraizaban. Fue entonces cuando recurrieron al Grupo de Biotecnología y Mejora Forestal del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Santiago, dependiente del CSIC, que no solo solucionó el contratiempo, sino que también probó con éxito, por primera vez en el mundo, una técnica que permite reproducir en serie y de forma indefinida los ejemplares seleccionados de eucalipto manteniendo las mismas características en cada uno de ellos.
Lo que hicieron fue generar embriones a partir de las células adultas extraídas de las hojas y de las yemas apicales de brotes establecidos in vitro, que reprogramaron mediante cambios en su expresión génica hasta obtener un patrón de desarrollo similar al del embrión cigótico. Es una técnica conocida como embriogénesis somática y que nunca hasta ahora se había conseguido inducir en eucaliptos. Sería, salvando las distancias, algo así como la clonación de la oveja Dolly, realizada a partir de una célula adulta, pero en el mundo vegetal.
«Estos embriones somáticos son capaces de germinar para producir plantas genéticamente iguales a las del eucalipto original. Es la primera vez que se obtienen a nivel mundial a partir de un material que no sean semillas», explica la investigadora del CSIC Elena Corredoira, integrante de un equipo cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica Tree Physiology.
Con la clonación de semillas también se podría conseguir una planta, pero no con las mismas cualidades que se buscaban y que, además, se reproducen en todos los ejemplares. «Con este sistema, de un embrión somático de eucalipto puedes obtener muchísimos embriones y, de ellos, muchísimas plantas. La producción es ilimitada e indefinida en el tiempo», subraya Corredoira.
Este avance científico técnico también abre las puertas a la clonación y conservación de ejemplares singulares, así como para la transformación de genes que mejoren sus cualidades. «La embriogénesis somática -apunta la investigadora- es una tecnología muy valiosa, tanto para la clonación forestal como para la transformación genética a través de la incorporación de genes que confieran resistencia a enfermedades u otros factores abióticos que afecten a su crecimiento. En el caso del eucalipto abre nuevas posibilidades para la mejora genética de la especie». Podrían conseguirse, por ejemplo, ejemplares que necesiten menos agua para subsistir o cuya hojarasca pueda ser degradada más fácilmente por los microorganismos del suelo. Es una posibilidad abierta, aunque será necesario seguir investigando.
Pese a las aplicaciones comerciales del eucalipto, favorecidas por su rápido crecimiento y su elevada producción de madera, la científica sí cree que debería regularse su plantación. «La especie en sí no es mala -advierte-, pero la utilizamos mal. Es necesaria una política forestal que delimite donde puede plantarse o no, y nunca debería reemplazar a los árboles autóctonos».
También en roble
El grupo de Biotecnología y Mejora Forestal logró inducir por primera vez la embriogénesis somática en eucaliptos después de un trabajo de tres años, pero antes ya lo había conseguido en el roble, lo que ha permitido reproducir, por ejemplo carballos centenarios de la Carballeira de Caldas. «La ventaja que tiene este sistema es que si los clones no se utilizan en un momento determinado se pueden almacenar indefinidamente en nitrógeno líquido para cuando sean necesarios», apunta Elena Corredoira.
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