Carmela López / la voz, 20 de octubre de 2015.
ANGEL MANSO |
No hay ninguna legislación que prohíba que los conductores se comuniquen entre sí por el teléfono móvil, siempre que no lo hagan cuando están al volante, alertando de retenciones, controles de tráfico o la presencia de un radar. Amparándose en esta circunstancia, en España han surgido diferentes iniciativas con aplicaciones de móvil que alertan de las incidencias en la carretera.
Las fuerzas de seguridad son conocedoras de la existencia de estas aplicaciones, que permiten a los conductores evadir los controles o la presencia del radar, y tratan de adaptarse al nuevo fenómeno de las redes sociales y su utilización alegal con cambios continuados y una mayor variedad de los puntos de control.
La aplicación gallega Social Drive es una de las que tienen un mayor seguimiento. De hecho, en España cuenta con 1.800.000 usuarios, de los que 347.000 están en Galicia. Sus fundadores son dos jóvenes de la comarca de Ferrol: Sergio García Abella, de 25 años, vecino de Fene y titulado en márketing; y Javier Regueiro Varela, naronés, de 28 años, ingeniero informático.
La idea de Social Drive surgió en marzo del 2014 al comprobar que algunos conductores alertaban a través de WhatsApp y Facebook de la existencia de controles de tráfico. «Comenzamos a contactar con los grupos, primero en Galicia y Asturias, y después decidimos ampliar el radio de acción a toda España», comenta Sergio García, añadiendo que en provincias como Sevilla y Cádiz la mitad de los conductores utilizan su aplicación.
En Galicia, la provincia con más usuarios es A Coruña, con 190.000, que han cursado un total de 57.200 avisos; seguida de Pontevedra, con 63.000 usuarios y 38.000 avisos; Ourense, con 56.000 usuarios y 16.500 avisos; y, por último, Lugo, con 38.000 usuarios y 21.100 avisos.
La empresa que gestiona esta aplicación cuenta con siete trabajadores, incluyendo a los dos cofundadores, y tiene su sede en el Centro de Negocios Arena 76, situado en el polígono de A Gándara, en Narón. Su cometido consiste en «moderar» durante todo el día -los fines de semana y las vísperas de festivo también organizan turnos de noche- las alertas entre conductores, confirmando su veracidad y evitando repeticiones. La descarga de la aplicación es gratuita y los salarios salen de la publicidad que lleva incorporada.
La buena acogida que está teniendo en Galicia ha puesto en jaque a la DGT, que ha manifestado su preocupación debido a lo que consideran una intromisión en su trabajo. La Guardia Civil y las respectivas policías locales tratan de hacer frente a la situación modificando la regularidad, el tiempo de duración y el lugar de los controles. Por su parte, Sergio García reconoce que es un arma de doble filo pero justifica la permanencia de este fenómeno viral diciendo que transmitir información que se obtiene de la observación personal es legal y su aplicación incluso puede disuadir de conducir a personas ebrias y hacer que se respeten los límites de velocidad.
No se pueden pasar fotos ni informar de operativos ajenos a la circulación
Los usuarios del Social Drive no pueden enviar fotos de accidentes ni tampoco de otros operativos policiales ajenos a la circulación. Es una de las premisas establecidas por los «moderadores» de la aplicación, que criban todas las comunicaciones entre conductores, eliminando las que no se ajustan a lo establecido.
Sin registro
Según explican los cofundadores, para integrarse en el grupo solo es necesario bajar la aplicación y no se requiere ningún tipo de registro. «No sabemos quién manda los mensajes, solo sabemos la zona desde la que llegan y el momento, pero a través de filtros podemos averiguar si hay mensajes falsos», puntualizan.
Los responsables de Social Drive estiman que desde que entró en funcionamiento la aplicación, hace año y medio, los españoles que la utilizan se han ahorrado más de 25 millones de euros en multas de radar.
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