Mónica Torres / la voz, 24 de octubre de 2015.
El equipo que trabaja en el principal castro de Galicia, bajo la dirección del arqueólogo Rafael Rodríguez, localizó ayer en Santa Trega una escultura de carácter antropomorfo y con 2.000 años de antigüedad. «Se trata de una cabeza de unos 15 centímetros de alto en la que están perfectamente definidos los ojos, la nariz y hasta las orejas», explicó este experto. «Estamos ante un hallazgo importante, sin duda, porque no se conservan muchas expresiones plásticas de la época castreña», según Rodríguez.
La expectación ante el descubrimiento se mantiene todavía porque se trata de una cabeza cortada. «Da la sensación de que es solo un fragmento y que, por lo tanto, aún puede estar esperándonos bajo tierra el resto de la escultura», señala el director de la mayor intervención arqueológica realizada hasta la fecha en el barrio descubierto por el catedrático Cayetano de Mergelina en las excavaciones efectuadas entre 1928 y 1933.
Rafael Rodríguez indica que en las Galias se empleaban las cabezas cortadas de los enemigos para pedir la protección de los guerreros y antepasados, situándolas en la entrada de los poblados. «Luego comenzaron a tallarlas en piedra y esta parece ser la escultura de un guerreiro, una cabeza cortada de entre el siglo I antes de Cristo al I después de Cristo», confirma el arqueólogo.
Alumnos del instituto de A Guarda fueron testigos del descubrimiento, ya que el Concello organiza visitas guiadas de los centros educativos a los trabajos de excavación. «Realmente estamos emocionados por este hallazgo y además se están desvelando otras grandes incógnitas», aseguró el alcalde, Antonio Lomba. Entre ellas, la que zanja el sempiterno debate de la clasificación del castro: «Ahora hay una nueva imagen del yacimiento: no es un poblado, sino una citania», destaca el regidor.
La campaña está siendo fructífera. «Hasta ahora se han recogido ya más de 30.000 piezas, la mayoría de distintas cerámicas que confirman que en el asentamiento romano se consumía vino y aceite», informa. Al igual que el director de la intervención, Lomba apunta su potencial didáctico. «La estructura es totalmente distinta a la del barrio de Calvo, es un urbanismo mucho más avanzado, con calles de hasta metro y medio de ancho, que permitirán identificar y conocer más sobre la vida en sociedad de un castro», detalla el alcalde. La intervención es fruto del importante convenio suscrito entre la Deputación de Pontevedra y el Ministerio de Fomento, que supera los 6 millones de euros y que pretende diseñar a cuatro años vista una red de 23 yacimientos que se promocionarán como ruta turística.
La prioridad es poner en valor la zona del poblado excavada a principios del siglo XX pero desconocida, ya que ha sido en el barrio de Calvo, el que linda con la carretera de subida al monte, en el que se han ejecutado intervenciones -la última dirigida por Antonio de la Peña Santos entre 1983 y 1988.
A día de hoy, tan solo se ha sacado a la luz el 5 % de la mayor citania gallega, que alcanza 20 hectáreas de superficie. «Los resultados van a ser muy importantes a nivel visual; fundamentales para acercar a la población el conocimiento de la sociedad de la época», avanza el director del proyecto, Rafael Rodríguez.
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