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domingo, 18 de octubre de 2015

Bueyes de tres tenedores en una finca de Arteixo

Los chuletones del vecino de Rañobre, José Souto, se sirven en conocidos restaurantes gallegos y leoneses
Susana Acosta / La Voz, 18 de octubre de 2015.
MARCOS MÍGUEZ / Estos ejemplares de rubia
gallega superan fácilmente los mil kilos de peso.
Lo que empezó hace años como un hobby, se ha convertido para José Souto en su pasión. Su única preocupación desde que se levanta hasta que se acuesta son los 25 bueyes que tiene a su cargo y que cría en los pastos de Rañobre, en Arteixo. La manera de alimentarlos -a través de hierba, harina y maíz- le ha llevado a coger fama de criador entre conocidos restaurantes y asadores de Galicia y de otras comunidades. No en vano, ya hace tres años que servía chuletones para el Asador Donostiarra de Madrid o para El Capricho, en la Bañeza.
Ahora su fama se ha extendido también por la comunidad gallega y ya sirve a restaurantes de Santiago, Carballo y Ferrol, entre otros: «Hai algún que ten estrela», comenta sin querer desvelar el nombre: «Prefiro que sexan eles os que o digan», explica Souto, conocedor también de que la discreción, en estos casos, siempre es una virtud: «Esto é coma todo, mentres non te coñecen pois é máis complicado, pero unha vez que comezan a quitar un e sae ben, e quitan outro e tamén sae ben, xa queren máis», añade Souto, orgulloso del producto que ofrece.
Y es que pocos ejemplares de rubia gallega viven tan bien como los que hay en Rañobre. Pacen a sus anchas en las dos fincas que su dueño tiene en este núcleo de Arteixo. El secreto para él no es otro que los buenos pastos que hay en esta aldea: «A zona nosa é moi boa porque chega a auga do mar aos pastos e iso dálle moito sabor á carne», comenta Souto, consciente de que la alimentación ecológica es la clave para obtener unos buenos chuletones de buey.
Hasta seis o siete años permanecen los bueyes alimentándose en estos establos. Ahora, por ejemplo, de los once que dispone listos para la venta, cinco ya tienen dueño. Y es que estos ejemplares de rubia gallega están muy demandados.
La dieta es muy sencilla, doce kilos de harina al día, otros doce de maíz y hierba verde y seca. Así, no es difícil que alcancen los 1.400 o 1.500 kilos de peso: «A partir de 700 quilos para arriba xa se poden consumir», explica. Pero el premio al más gordo se lo llevó hace tres años Guardiola, que alcanzó los 1.900 kilos y ya pasó a mejor vida. Pero si hay algo que resulta admirable, es el vínculo de Souto con sus bueyes. Al grito de él, todos se levantan y se dirigen al establo. Hay quien dice que estos ejemplares de rubia gallega parecen caniches en manos de Souto. Sí, puede ser, pero caniches de más de mil kilos de peso.

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