Nacho Blanco / la voz, 01 de octubre de 2015.
Ante la cercanía de la cumbre de la ONU de diciembre sobre cambio climático en París Francia pisa fuerte con la inclusión en una propuesta gubernamental del uso de la bici para ir al trabajo de manera remunerada. Así, un empleado podrá acudir a su puesto de trabajo en su vehículo no contaminante y, además, ingresará 0,25 euros por kilómetro, que abonaría la empresa a partir del 1 de enero del 2016. Un estudio estima que la mitad de los conductores tienen sus puesto de trabajo a una media de 5 kilómetros de distancia. Así, para aquellos que trabajen 20 días al mes su medio de transporte les reportará 50 euros por 10 kilómetros. La normativa obligará a las firmas francesas a pagar a sus empleados un 50 % del billete del transporte público.
La iniciativa quiere que los ciudadanos usen responsablemente los medios de transporte y así fomentar la bicicleta como alternativa limpia y saludable. Ségolène Royal, ministra de Ecología, pretende que se aparque el coche. Los picos de contaminación atmosférica de urbes como París impulsaron campañas para la adquisición de vehículos de energías limpias, cuya compra se apoya con ayudas gubernamentales. El proyecto francés ofrecerá 10.000 euros para adquirir un coche eléctrico o 1.000 para instalar calefacción no contaminante. Francia ya vetó el tráfico rodado cuando los niveles de polución alcanzaron cotas elevadas.
Un estudio sobre salud dice que el uso de la bicicleta podría ahorrar 10.000 muertes al año en Europa derivadas de la polución Pero Francia no es el único país que quiere echar a la calle a los ciclistas para frenar el deterioro ambiental. Suecia, que cuenta con el mayor aparcamiento de bicicletas de Europa en Malmö, desarrolla políticas semejantes. O el macroproyecto Skycycle de Londres -ideado por Norman Foster- con 220 kilómetros de vías. También comienzan a imponerse las bicicletas con conductor.
Un estudio sobre salud dice que el uso de la bicicleta podría ahorrar 10.000 muertes al año en Europa derivadas de la polución Pero Francia no es el único país que quiere echar a la calle a los ciclistas para frenar el deterioro ambiental. Suecia, que cuenta con el mayor aparcamiento de bicicletas de Europa en Malmö, desarrolla políticas semejantes. O el macroproyecto Skycycle de Londres -ideado por Norman Foster- con 220 kilómetros de vías. También comienzan a imponerse las bicicletas con conductor.
España triplicó el número de kilómetros de carril bici en los últimos años. Incluso el Gobierno aprobó el plan Pima-Aire para impulsar la compra de bicis eléctricas. El futuro es de dos ruedas.
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