R. Romar / la voz, 28 de abril de 2016.
NATURE |
La distorsión de la luz en el ojo distorsiona nuestra percepción del universo. Fue algo que Galileo Galilei advirtió por primera vez hace algo más de 400 años, un fenómeno que también observó Leonardo da Vinci cuando utilizaba tonos brillantes en sus pinturas. Nuestra agudeza visual es mejor en los oscuros que en los claros, lo que explica, por ejemplo, que las pruebas de la visión se realicen con letras negras sobre fondo blanco. Pero, ¿por qué ocurre esta asimetría visual? El investigador gallego José Manuel Alonso, director del Laboratorio de neurociencia Visual en la Universidad del Estado de Nueva York, ofreció hace dos años una primera respuesta a la ilusión óptica que planteaba Galileo. La clave parecía estar en las conexiones neuronales que hacen que el cerebro procese más rápido y más eficientemente los objetos oscuros. Pero los científicos que durante décadas han estudiado el mapa del espacio visual del cerebro, situado en la corteza primaria, en la parte posterior inferior del cráneo, no encontraban diferencias que explicaran esta divergencia.
Ahora, dos estudios que se publican en Nature, uno de ellos liderado por el propio José Manuel Alonso, han descubierto el «sorprendente» papel central de la oscuridad en el mapa visual, lo que significa que es el propio cerebro el que determina la diferencia, lo que explica a su vez por qué la agudeza visual se mide mejor en caracteres oscuros y por qué la resolución visual es menor para las luces. «El mapa del campo visual que tenemos en nuestro cerebro está diseñado para procesar los oscuros con más resolución que los claros, y esto ha sido una gran sorpresa», advierte el investigador vigués.
Podría decirse que la cartografía visual es «oscurocéntrica» y que, al igual que las estrellas giran alrededor de agujeros negros en el universo, las luces lo hacen a su vez alrededor de las sombras en la representación del espacio visual.
«Cambiamos el modelo actual de cómo el espacio visual está representado en la corteza visual primaria», explica Alonso, quien advierte que aunque la investigación se trata de un importante avance en el conocimiento de nuestros mecanismos neuronales, aún no se divisa una aplicación práctica inmediata.
Mejores prótesis
Pero sí se explica, que no es poco, el mecanismo que nos permite tener una mejor agudeza visual para los oscuros que para los claros, lo que en el futuro también podría tener una aplicación para el desarrollo de prótesis corticales que ayudarán a curar determinados tipos de ceguera.
«Para poder desarrollar estas prótesis -apunta Alonso- de la manera más eficaz es fundamental que tengamos un mapa muy detallado de cómo el espacio visual está representado en la corteza visual primaria. La cartografía ha tenido una importancia fundamental en la historia de la ciencia, que es lo que nos ha hecho evolucionar, por eso la importancia de este hallazgo».
Hasta el momento, el paradigma existente indicaba que en el mapa visual del cerebro existía la misma representación para los oscuros que para los claros.
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