Ana García Montes, 10/04/2016
Erik Johansson, fotógrafo y artista digital sueco con base en la República Checa y Suecia, está especializado en el retoque fotográfico. Tanto en sus proyectos personales como en los proyectos realizados para clientes de todo el mundo (entre los que se encuentra Adobe, National Geographic Channel, Volvo, Google y Microsoft), sigue un objetivo concreto que coincide con una de sus mayores obsesiones: darle el mayor realismo posible a cada pieza mediante su cámara y Photoshop.
Se graduó en ingeniería informática en la Universidad de Tecnología en Gothenburg (Suecia) y en el máster de Interaction Design en 2010, pero sus conocimientos en fotografía y retoque digital los adquirió de forma autodidacta. Hace dieciséis años llegó a sus manos su primera cámara digital y tras haber estado dibujando casi toda su vida, descubrió lo divertido que era modificar la realidad en sus fotografías y vio la cantidad de posibilidades que se le abrían ante él.
Con su imaginación el artista visual crea escenas increíbles en las que la realidad y ficción se entremezclan invitando al espectador a jugar con la imagen y a descifrarla. Si bien los elementos que se muestran en las fotografías podrían ser bastante cotidianos, las situaciones y los contextos en los que se encuentran son más bien imposibles. Por ello no es de extrañar que entre sus referentes se encuentre Salvador Dali, M.C. Escher o René Magritte.
Para mostrar cómo lleva a cabo sus imágenes imposibles, el fotógrafo ha creado un vídeo making of donde explica su proceso de trabajo. Johansson afirma que no utiliza bancos de imágenes y que todo lo que emplea son fotografías propias para lograr un estilo verdaderamente personal. Primero parte de una idea, de un boceto. Después de elegir localizaciones y elementos necesarios para su composición, los fotografía (proceso que, según afirma, puede llevarle meses e incluso años). En este proceso es donde define el aspecto que va a tener la pieza, escogiendo luces, reflejos, perspectivas… Tras capturar las imágenes que necesita, las une en una sola composición en el software de edición como si fuera un puzzle. Su intención es que la imagen final dé la sensación de que podría haber sido tomada como cualquier fotografía normal.
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