Marta Vázquez / LA VOZ, 17/01/2017
Valorizar los residuos agroindustriales obteniendo de ellos nuevos productos que además sean respetuosos con el medio ambiente. Es el objetivo que persigue el proyecto Innobiorresiduos, en el que participan seis empresas gallegas lideradas por la ourensana Extraco. Son seis firmas de diferentes sectores y puntos distantes de la geografía gallega que, para su investigación, se han centrado en dos tipos concretos de residuos. Uno de ellos es el sobrante que queda en los soutos gallegos tras la recogida de la castaña, como los erizos y las ramas abandonadas tras las podas. El otro elemento sobre el que están trabajando es un residuo que procede de la fabricación de tableros de madera, un coproducto rico en lignina que «tiene propiedades interesantes para la fabricación de asfaltos y pavimentos». Así lo explica Francisco Javier Prego, director del departamento de I+D de la ourensana Extraco, encargada de esta parte del proyecto. Explica además que, de los residuos con los que trabajan, extraen también bacteriocinas, biocidas y biosurfactantes. «Los biocidas son productos naturales que sirven para evitar las plagas en los campos de castañas, mientras que las bacteriocinas se pueden usar como conservante para el procesado de este producto», asegura el experto.
Las empresas involucradas en este proyecto formaron un consorcio y se presentaron a la convocatoria Conecta Peme, de la Axencia Galega de Innovación, logrando una de las mejores valoraciones del jurado por su propuesta y consiguiendo una subvención de algo más de un millón de euros procedentes de fondos europeos Feder. El proyecto acaba de cumplir su primer año de andadura y tiene dos más por delante, por lo que todavía se esperan nuevos hallazgos.
Diferentes utilidades
Explica el responsable de la iniciativa que cada participante tiene una labor fundamental en el desarrollo del proyecto. Soutos Sativa, una firma lucense de castañas, quiere conseguir biocidas y bacteriocinas de sus residuos, mientras que Renga Enerxía, de Allariz, se encarga de «valorizar el producto final» para producir compost o energía eléctrica. Betanzos HB, por su parte, se encarga de fabricar los tableros de madera y extrae el coproducto que procede del eucalipto; Indutec Ingenieros, de Lugo, se ocupa del análisis del ciclo de vida (ACV), es decir, de ver cómo son los productos nuevos y de compararlos con los convencionales, y Extraco utiliza lo que se extrae de lignina para probarlo en diferentes tipos de firmes, una finalidad sobre la que también trabaja Galaicontrol, de Vigo. Además, la parte química del proyecto la desarrolla el laboratorio de biotecnología agroalimentaria de la Universidad de Vigo, mientras que el grupo de Ingeniería Civil de la Escuela politécnica superior de Lugo trabaja sobre lo relacionado con los firmes. «Dentro de un año tendremos muchos más resultados, pero por ahora todo lo que hemos descubierto es muy positivo», explica Francisco Javier Prego.
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